domingo, 14 de julio de 2013

Educación

Una persona puede estudiar por cinco razones:

- Para saber.
- Para mostrar que sabe.
- Para obtener ganancias.
- Para instruir a otros.
- Para instruirse a sí mismo.

Saber por saber, es curiosidad.
Saber para mostrar que se sabe, es vanidad.
Saber para conseguir dinero u honores, es comercio.
Saber para instruir a otros, es caridad.
Saber para instruirse a sí mismos, es humildad.
Solamente las dos últimas no abusan de la ciencia,
porque estudian para hacer el bien.

San Bernardo


Vida

¿Alguna vez has oído lo que es vida?
Todavía no lo comprendo, pero creo que
Es amor y comprensión,
Es triunfo y es pérdida,
Es estar con los demás y es soledad,
Es gritar y es callar,
Es escuchar y es hablar,
Es dar sin esperar recibir,
Es deseo de alcanzar,
Es guiar y ser guiado,
Es encontrar la luz en la oscuridad,
Es pensar y después de eso es actuar,
Es olvidar y es recordar,
Es contemplar,
Contemplar la inmensidad del Señor.
Es la grandeza del sol,
Es la inmensidad de la tierra,
Es la belleza de las plantas que adornan el campo.
Es la inocencia de un niño al preguntar,
Es la maravilla del color que resplandece,
Es sentir el terso airo que proviene desde lejos,
Es juguetear con un cachorro gracioso,
Es escuchar y sentir la música que cantan los demás,
Es despenar con el trino del ave.
Es sentir la humedad de le lluvia, que cae sobre nosotros,
Pero ante todo es saber ser feliz al apreciar todo esto, siempre dispuestos paro el nuevo día, llenos de esperanza.


Desconozco a su autor


El milagro de la vida

Sólo entendemos el "milagro de la vida" cuando dejamos que suceda lo inesperado.

Todos los días Dios nos da, junto con el sol, un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hizo "infelices".

Todos los días tratamos de fingir que no percibimos ese momento, que ese momento no existe, que hoy es igual que ayer y será igual que mañana.

Pero quién presta atención a su día, descubre el "instante mágico", puede estar escondido en cualquier parte.

Ese momento existe: Un momento en el que toda la fuerza de las estrellas pasa a través de nosotros y nos permite hacer milagros.

La "felicidad" es a veces una bendición, pero por lo general es una "conquista". El instante mágico del día nos ayuda a cambiar, nos hace ir en busca de nuestros sueños.

Vamos a sufrir, vamos a tener momentos difíciles, vamos a afrontar muchas desilusiones . . . pero todo es pasajero, y no deja marcas. Y en el futuro podemos mirar hacia atrás con orgullo y fe.

Pobre del que tiene miedo a correr riesgos. Porque ese quizás no se decepcione nunca, ni tenga desilusiones, no sufra como los que persiguen un sueño.

Pero al mirar hacia atrás – porque siempre miramos hacia atrás- oirá que el corazón le dice: ¿Qué hiciste con los milagros que Dios sembró en tus días? Los enterraste en el fondo de una cueva porque tenías miedo a perderlos, entonces es tu herencia: La certeza de que has desperdiciado tu vida.

Desconozco a su autor