lunes, 16 de marzo de 2015

Las modas

Jacinto tenía un viejo teléfono móvil. Como el celular le daba el servicio necesario, no le preocupaba que estuviera pasado de moda. Sin embargo, sus colegas lo molestaban y se burlaban cuando extraía su "pisapapeles" del maletín. Llegó a sentirse tan avergonzado que hace poco lo cambió por un Iphone4.

Dice así el Dr. Alejandro Morton: la crisis en el mundo se debe, entre otras cosas, a la inseguridad que las personas tienen sobre ellas mismas; su continua necesidad de comprar jamás será satisfecha porque esperan que la satisfacción personal venga de lo comprado, y jamás será así.

A nivel social, no nos hemos dado cuenta de que ese impulso descontrolado por comprar es, en el fondo, la causa profunda de la crisis económica que ha cundido ya por todo el mundo, alimentada por un sistema financiero insaciable que facilitó recursos para que compraran quienes no tenían con qué".

Pocas cosas hay más estresantes que tratar de mantenerse a la moda en ropa, calzado, accesorios, tecnología, viajes, comidas, restaurantes, casas, muebles, autos y todo lo añadible. Quien tiene dinero en exceso puede comprar, usar y desechar, pero quienes vivimos sujetos a un presupuesto debemos cuidar qué compramos y entender por qué y para qué lo compramos.

En efecto, la presión social existe, pero debemos preguntarnos cuánto nos presiona y cuánto nos dejamos presionar.

¿Cuál es el problema de que se rían de nuestro viejo teléfono móvil? La risa es buena y si no les gusta el móvil, pueden bromear a costa de él y criticar el aparato, a su dueño o a ambos. El problema es de ellos, no del dueño del teléfono móvil, a menos que éste lo acepte.

Desafortunadamente, hoy día uno se refiere a las personas por sus posesiones: "Es el chico del descapotable rojo" o "La señora que usa ropa de marca y tiene una casa enorme" o "Es el director que siempre va a la moda". Es decir, su personalidad no emana de lo imprescindible, sino de lo prescindible. Lo primero no se compra en ningún lado; lo segundo en cualquiera, si se tiene los medios para hacerlo.

Un amigo muy cercano es multimillonario, pero nosotros lo averiguamos por accidente tras años de conocerlo. Es sencillo, generoso, adaptable a todo y disfruta lo disfrutable. Jamás presume y nunca hace alarde de nada porque tiene muy claro qué cosas son importantes en su vida. Las trampas de la presión social siempre han estado ahí. Caen en ellas quienes no se conocen a sí mismos y tienen una escala de valores centrada en lo social y en su desarrollo han tenido carencias afectivas.

El vacío personal no lo llena ni los armarios repletos, ni los automóviles lujosos, ni las joyas exclusivas, ni los accesorios de lujo.
La satisfacción de los consumidores insaciables no viene de poseer las cosas, sino de presumirlas ante los demás.

¿Tiene usted un teléfono móvil del que sus "amigos" se ríen cuando lo usa? Ríase con ellos y úselo hasta que guste. ¿Le duelen las burlas? Entonces cambie de amigos, no de teléfono móvil...

Desconozco su autor

sábado, 14 de marzo de 2015

El bosque mágico de la mente

El concepto de felicidad es muy diferente de unas personas a otras y aunque hay cosas y sensaciones que pueden ser comunes, los gozos de unos pueden ser la pesadilla de otros; así, el escalador es feliz arriesgando su vida para vencer a la montaña mientras que una persona normal sentiría pánico por verse expuesta a esos riesgos.

Algunas personas son felices llevando una vida tranquila y segura mientras otras se mueren de aburrimiento si no hay en su vida cambios, novedades y fuertes excitaciones.

La felicidad depende más de lo que ocurre dentro que de lo que nos sucede fuera; de las ideas que tenemos sobre nosotros mismos y sobre la vida.

Depende de todos los misterios que viven en el Bosque Mágico de tu Mente.

Dentro de tu mente lo tienes todo. El sol y la luna, las montañas y los valles. Los colores del amanecer y las sombras de la noche. La alegría de las cascadas y la niebla espesa que empapa el alma de nostalgias infinitas.

Dentro de tu mente está la mano que te acaricia y la piel que tanto añoras.

Si buscas dentro de tu mente, siempre encontrarás razones para ser feliz y también para permanecer en la tristeza.

Porque tu felicidad no depende de lo que haces ni tampoco de lo que tienes. No depende de cómo sea tu cuerpo ni de que tengas más o menos dones. Sólo depende de lo a gusto que estés con lo que haces, con lo que tienes, con tu cuerpo y con tus dones.

Básicamente, la Felicidad depende de que realmente quieras ser feliz y estés tan a gusto contigo mismo como para poder sentir todo el Amor de la Vida que te ha permitido existir.

"La felicidad es una mariposa que sale volando cuando la persigues pero que puede posarse a tu lado, si te sientas tranquilamente a mirar".

Nathaniel Hawthorne

¿Qué es el éxito?

"Yo creo que el éxito no está en lo económico. Yo creo que una persona no es de éxito porque le va bien en los negocios o le va bien profesionalmente o saca 10 en la escuela. Creo que eso es lo que menos vale. Lo que vale es tener los pies en la tierra, la familia - el concepto de familia-, los amigos. Apreciar las cosas que tienen valor verdadero, no material, no físico necesariamente".

Pienso que a este concepto bien le puedo añadir una reflexión que me regaló mi madre:

El éxito no tiene que ver con lo que mucha gente se imagina.

No se debe a los títulos nobles y académicos que tienes, ni a la sangre heredada o la escuela donde estudiaste.

No se debe a las dimensiones de tu casa o de cuantos carros quepan en tu garaje.

No se trata de si eres jefe o subordinado; o si eres miembro prominente de clubes sociales.

No tiene que ver con el poder que ejerces o si eres un buen administrador o hablas bonito, si las luces te siguen cuando lo haces.

No es la tecnología que empleas.

No se debe a la ropa que usas, ni a los grabados que mandas bordar en tu ropa, o si después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu estatus social.

No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, joven o viejo.

El éxito... Se debe a cuánta gente te sonríe, a cuánta gente amas y cuántos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu.

Se trata de si te recuerdan cuando te vas.

Se refiere a cuánta gente ayudas, a cuánta evitas dañar y si guardas o no rencor en tu corazón.

Se trata de que en tus triunfos estén incluidos tus sueños.

De si tus logros no hieren a tus semejantes.

Es acerca de tu inclusión con otros, no de tu control sobre los demás.

Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si amaste a la naturaleza y a los niños y te preocupaste de los ancianos.

Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar y tu valor sobre la conducta.

No es acerca de cuántos te siguen si no de cuántos realmente te aman.

No es acerca de transmitir, si no cuántos te creen si eres feliz o finges estarlo.

Se trata del equilibrio de la justicia que conduce al bien tener y al bien estar.

Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más, no de tener más."

ESTO ES ÉXITO.

Que maravilloso es el ÉXITO!

Desconozco su autor

jueves, 12 de marzo de 2015

El mejor

Uno de los deportes tradicionales de Alaska, es la tala de árboles.

Cuentan que un joven quería convertirse en un gran leñador, y oyó hablar del hombre que mejor manejaba el hacha en toda la región y decidió conocerlo y aprender de él.

- Señor si usted me permite - le dijo - quiero ser su discípulo, quiero aprender a cortar árboles como lo hace usted.

El joven aprendió las lecciones del maestro y después de algún tiempo creyó haberlo superado. Se sentía más fuerte, más ágil, y por ser más joven que su maestro, estaba seguro de vencer fácilmente al viejo leñador. Así fue que lo desafió en una competencia de 8 horas para saber cuál de los dos podía cortar más árboles.

El Maestro aceptó el desafío, y el joven leñador comenzó a cortar los árboles con entusiasmo y vigor. Entre árbol y árbol miraba a su Maestro, pero la mayor parte de las veces veía a su Maestro sentado. El joven volvía entonces a sus árboles, seguro de vencer, y sintiendo pena por su viejo maestro.

Al caer el día, para gran sorpresa del joven, el viejo Maestro había cortado muchos más árboles que él.
- ¿Cómo puede ser? - se sorprendió - ¡Casi todas las veces que lo miré, usted estaba descansando!
- No hijo mío, yo no descansaba. Estaba afilando mi hacha. Esa es la razón por la que has perdido.

REFLEXION
La diferencia entre un hombre y otro, no se encuentra en su fuerza o en su destreza al hacer las cosas, sino que consiste en aprovechar las lecciones de la experiencia. La naturaleza, decían los antiguos, "no avanza a los saltos". Y el crecimiento "mucho menos".

La experiencia no consiste en lo que se ha conseguido, sino en lo que se ha aprendido. Porque lo importante no es llegar una vez, con el máximo esfuerzo; lo importante es conocer todos los senderos posibles, para llegar siempre a la cima disfrutando del paisaje. La historia de la humanidad demuestra que sólo triunfan aquellos que creen poder hacerlo. Que no hay crisis o profecía alguna que pueda con un hombre que tiene la determinación de triunfar. Que si enfrentamos la noche pensando en el fracaso, amaneceremos con el temor de fracasar.

El secreto de todo triunfo, es creer en uno mismo, es respetar nuestra intuición, es saber escuchar, es estudiar en profundidad cada situación, discernir, actuar con confianza, certeza y seguridad.

Ser conscientes de que si logramos vencer las dificultades que se nos presentaron ayer, venceremos sin duda las de hoy, y que cuando llegue el momento tan temido, se dará en nosotros la fuerza, la voluntad y el criterio necesario para superar todas las dificultades.

Desconozco su autor

lunes, 9 de marzo de 2015

¿Por qué los perros viven menos?

"Soy veterinario, y me llamaron para revisar un perro de raza Wolfhound Irlandés, llamado Belker.

Los dueños del animal, Ron, su esposa Lisa, y su hijito Shane, estaban muy encariñados con Belker y esperaban un milagro.

Examiné a Belker y descubrí que se estaba muriendo de cáncer. Le dije a la familia que no habría milagros con Belker, y me ofrecí para proceder a la eutanasia para el viejo perrito en la casa.

Mientras hacíamos los arreglos, Ron y Lisa me contaron que habían pensado si no sería bueno que Shane, de cuatro años, observara el procedimiento. Ellos creían que Shane podría aprender algo de la experiencia.

Al día siguiente, yo sentí un "nudo en la garganta" mientras la familia de Belker lo rodeaba.

Shane, el niño, parecía tan tranquilo, acariciando al viejo perrito por última vez, que imaginé si el entendía lo que estaba pasando.

Al ratito, Belker se fue, pacíficamente. El niño parecía aceptar la transición de Belker, sin dificultad o enojo.

Nos sentamos, al rato de haber fallecido Belker, hablando sobre el triste hecho de la vida de los animales, que sea más corta que la vida de los seres humanos.

Shane, que había estado escuchando silenciosamente, dijo:

"Yo se porqué."
Anonadados, lo miramos. Lo que dijo me asombró. Jamás oí una explicación más reconfortante.

Él dijo:
- "Las personas nacen para que puedan aprender a tener una buena vida, como amar a todo el mundo, todo el tiempo y ser bueno, ¿no es cierto?"

El niño de cuatro años continuó…
- "Bien, los perros ya nacen sabiendo como hacer éso, por lo tanto no precisan quedarse tanto tiempo."

Desconozco su autor


sábado, 7 de marzo de 2015

Agua mágica

En una aldea vivían un anciano y su anciana mujer.
Todo el día vivían discutiendo y gritándose el uno al otro: si el anciano decía una palabra, la mujer decía cinco; si el anciano le contestaba con diez, ella con quince. Todo con enojo, gritos, amenazas, sin acordarse a veces el por qué de la discusión.

¿Por qué peleamos? -preguntaba de repente el anciano,

¿Por qué?- ¡por tu culpa!, contestaba la anciana.

No- por la tuya, le respondía el anciano.

Y nuevamente la discusión, el enojo, los gritos. Día a día, año a año.

Un día, se cansaron los vecinos de tantos gritos y se dirigieron a la anciana:

-Escuchamos que en lo alto de la montaña, no lejos de aqui, vive un hombre sabio, que tiene en su poder "agua bendita y mágica" que logra curar a la gente de todo tipo de situaciones, a lo mejor puede lograr ayudarlos y poder de esta manera dejar ustedes de gritar y discutir.

Escuchó la anciana, las palabras de las vecinas, y se dirigió sola a la montaña a encontrar al hombre sabio.

-"¿Cómo puedo ayudarla?" -preguntó el anciano.

Le contó la anciana con lágrimas en los ojos, cuál era su problema con su esposo.

Escuchó el anciano sabio, y se dirigió a su casa, regresando al momento con una botella llena de agua. Dijo unas cuantas palabras mágicas, se la entregó a la anciana y le dijo:

-Toma esta botella de agua, simpática anciana, y cuando comience su esposo a pelear, discutir, maldecir, etc... toma unas gotas de esta botella, y mantén el agua en tu boca. No la escupas ni la tragues hasta que tu esposo se calme. Haz así cada vez que comience la discusión, si lo haces, ellas llegarán a su fin y dejarán de dicutir y pelear.

-¡¡¡Gracias!!! -le dijo la anciana, y regresó a su casa con la botella de agua mágica.

Cuando la escuchó su esposo entrar, comenzó con sus gritos: "¿dónde estuviste?, ¡¡¡por qué no está lista la comida!!!"
La anciana, sin contestarle, tomó un poco del agua y la mantuvo en su boca. Mientras el anciano seguía gritando y discutiendo. Y ella calló.

Vio el anciano que ella no le contestaba, y también calló.
La anciana preparó la comida mientras susurraba una alegre melodía.

Después de una hora, nuevamente empezó el anciano a pelearle, "¡Mira la casa!, ¡sucia y desarreglada!".
La mujer se sintió ofendida y quiso responderle, pero en vez de ello, tomó un poco del agua de la botella, y calló.

Vio el anciano que ella no le respondia, y también calló.

Y así ocurrió una y otra vez. Cada vez que él comenzaba a discutir, ella tomaba del agua y esperaba que él se tranquilice. Y cuando ella tenía ganas de discutir o gritar, tomaba del agua hasta calmarse.

Con el tiempo, dejaron los ancianos de discutir, pelear y gritar. Y aprendieron a vivir con una gran tranquilidad.

Ella le contó sobre el agua mágica y juntos decidieron subir a la montaña a agradecer al hombre sabio, por el agua mágica que cambió sus vidas.

"No es agua bendita o mágica la que les he dado, sino simple agua, la acción de controlarse es la que les enseñó a vivir sin peleas y gritos, dándose tiempo antes de responder, pensando qué y cómo decir las cosas"

Se miraron la anciana y su anciano esposo y sonrieron. Y así continuaron su vida juntos, con la importante enseñanza.

Desconozco su autor

miércoles, 4 de marzo de 2015

Siéntate te tengo una sorpresa

Pasó hace pocos días, en el mes de agosto de 2004. Un señor llega a su casa, en un rincón de Florida. Está cansado del trabajo, oprimido por el calor.

Su esposa le recibe, se acerca y le dice:

-Siéntate, te tengo una sorpresa.

Él se sienta en el sofá, y ella le trae... un vaso de agua con hielos.

A veces basta poco, muy poco, para que la vida sea más bella. Esta vez ha sido ella la que le ha dado una magnífica “sorpresa” a su marido. Mañana será él quien le diga a ella: «¿Salimos de compras? ¿A dónde quieres que vayamos?» Pasado mañana será el hijo que vive lejos: llama por teléfono a sus padres simplemente para decirles que está muy contento de poder hablar con ellos así, sin más, sin tener que dar ninguna noticia especial.

Sí: basta poco para que la llegada a casa no sea un momento de preocupaciones, sino de alegrías, de confianza, de amor.

Basta poco... Pero a veces no damos ese poco, porque no pensamos en el otro, o porque esperamos que nos sirvan sin que se nos ocurra antes que podemos ser los primeros en servir, o porque se nos ha oxidado un poco el amor y la ilusión de ofrecer algo a quien vive a nuestro lado.

«Siéntate, te tengo una sorpresa». No ha sido oro, ni un cheque, ni una corbata nueva. Ha sido, simplemente, un vaso de agua fresca. Un agua deliciosa, buena, pero, sobre todo, bañada de cariño...

P. Fernando Pascual

lunes, 2 de marzo de 2015

El segundo mandamiento del éxito

Debes aprender que, con paciencia, puedes mejorar tu destino.

Debes saber que, mientras más tenaz sea tu paciencia, más segura será tu recompensa.

No existe ningún gran logro que no sea el resultado de un trabajo y de una espera pacientes.

La vida no es una carrera. Ningún camino será demasiado largo para ti si avanzas deliberadamente y sin prisa.

Evita, como la peste, todo carruaje que haga un alto para ofrecerte un rápido viaje a la riqueza, la fama y el poder. La vida tiene condiciones tan duras, hasta en sus mejores momentos, que las tentaciones, cuando hacen su aparición, pueden destruirte. ¡Camina.! Puedes hacerlo.

La paciencia es amarga, pero su fruto es dulce.

Con paciencia puedes soportar cualquier adversidad y sobrevivir a cualquier derrota.

Con paciencia puedes controlar tu destino y tener lo que desees.

La paciencia es la clave de la satisfacción para ti y para los que deben vivir contigo. Comprende que no puedes apresurar el éxito del mismo modo que los lirios del campo no pueden florecer antes de la estación.

¿Qué pirámide se construyó alguna vez si no fue piedra sobre piedra? ¡Cuán pobres son los que no tienen paciencia! ¿Qué herida sanó alguna vez a no ser poco a poco?

Todos lo inapreciables atributos que los hombres prudentes proclaman como necesarios para alcanzar el éxito, son inútiles si no tienes paciencia. El ser valiente sin paciencia puede matarte. El ser ambicioso sin paciencia puede destruir la carrera más prometedora.

El esforzase por alcanzar la riqueza sin paciencia no hará sino separarte de tu magra bolsa. El perseverar sin paciencia es siempre algo imposible. ¿Quién puede dominarse, quién puede perseverar sin la espera que es uno de sus atributos?

Empléala para robustecer tu espíritu, para dulcificar tu carácter, para calmar tu enojo, para sepultar tu envidia, abatir tu orgullo, refrenar tu lengua, contener tu mano y entregar todo su ser, a su debido tiempo, a la vida que mereces.

Desconozco su autor