Amén de llevar un vestuario adecuado para la ocasión y, cómo no, ser puntuales, hay algunas cuestiones básicas que debemos tener en cuenta cuando participamos en una reunión.
1. Hay que saber escuchar. Las cuestiones tratadas en las reuniones, pueden ser más o menos interesantes pero debemos aprender a escuchar a todo el mundo.
2. Atención. No solo con escuchar es suficiente. Hay que prestar atención y no hacer otra cosa a la vez. Hablar por el móvil, mirar por la ventana, leer el periódico, un libro, etc. Es una falta de respeto no atender a las explicaciones o exposiciones de los demás.
3. Saber hablar. Cuando hablamos debemos tener en cuenta que hay que mirar a los ojos de los demás (nada de hablar para nuestra corbata), hay que hacerlo de forma clara, con un tono de voz adecuado y valorando el tiempo de los demás, por lo que no debemos pararnos en detalles poco importantes o significativos.
4. Preguntar. Las preguntas deben tener relación con los temas tratados. Hay que dejar que las personas acaben sus explicaciones y dejar acabar las intervenciones de los demás. Si hay interrupciones, deberán ser justificadas.
5. Tiempo. Las reuniones suelen tener una duración prefijada de antemano. Hay que medir bien el tiempo y evitar alargar las reuniones más allá del tiempo establecido. Los horarios están para cumplirlos.
6. Discusiones. Las diferencias, que suele haberlas, deberán ser tratadas con el máximo respeto y educación. Nada de voces, imposiciones o "espantadas" (abandonar la reunión de forma airada). Las cosas se hablan y se discuten, pero siempre en buenos términos.
7. Ausentarse. Abandonar una reunión sin haberla finalizado solo puede hacerse por razones muy importantes o de fuerza mayor. No es correcto dejar la reunión por cuestiones cotidianas. En tal caso, se puede pedir un "receso" y tomar unos minutos para resolver algún problema puntual. Si es importante, se puede solicitar un aplazamiento de la reunión.
8. Conversaciones. En los tiempos "muertos" o pausas, las conversaciones no deben entrar en temas polémicos que puedan dar lugar a discusiones. Temas sobre religión, política, preguntas personales, etc. deberían ser ignorados. Si llega el caso, puede dar respuestas poco comprometidas. No se decante por ninguna opción en concreto. Muchas de estas opiniones pertenecen al ámbito privado de las personas.
9. Respeto. Las formas no se deben perder en ningún momento. Vaya como vaya la reunión hay que mantenerse en su sitio. No es mejor negociador siendo un grosero.
10. Educación. Saludar al llegar y al despedirse; pedir la palabra de forma educada; solicitar las cosas, por favor; dar las gracias, etc. son cuestiones a tener en cuenta para una relación cordial y fluida con el resto de participantes.
Una reunión de trabajo no es un campo de batalla, sino un punto de encuentro. Pueden darse posturas o puntos de vista diferentes, pero no por ello debemos crear un clima de hostilidad. Los comportamientos negativos u hostiles no facilitan las relaciones ni ayudan a la consecución de los fines para los que se realizan las reuniones.
Fuente: Protocolo