Si tratas a un hombre como a un niño, excediéndote en ayudarle, haciendo las cosas que él debería hacer por sí mismo, recordándole continuamente sus obligaciones, reprendiéndole sus descuidos, sin confiar en que haga las cosas bien, corrigiéndole y mandándole… él seguirá comportándose como un niño. Si das por supuesto que es un incompetente, nunca dejará de serlo.
Tenemos miedo a vernos abandonadas y hacemos al hombre dependiente de nosotras para resultarles imprescidibles… pero tarde o temprano todo niño desea escapar de las faldas de su madre y además el sentirse inepto hará decaer su amor propio y más se comportará como un inútil, menos amante se mostrará contigo al ser incapaz de verte bajo un prisma erótico y romántico… y en consecuencia de todo ello menos interesante te resultará y menos atraída te sentirás hacia él.
Así que deja de ser una madre para tu hombre y conviértete en su amante.
Deja de hacer por él las cosas que debería hacer por sí mismo, que aprenda a hacer las cosas por sí solo, aunque tengas que tener paciencia si en su aprendizaje el hogar resulta algo caótico. Repartid las responsabilidades de vuestra relación y no te metas en su terreno aun cuando él cometa una equivocación.
No le recuerdes las informaciones que él solo debería recordar; si se le olvidan no le riñas, solidarízate con su frustación y sigue ocupándote de tus asuntos.
No caigas en la tentación de ayudarle. Deja que cometa sus propios errores y apechuga con las consecuencias, porque es la única manera de que aprenda a evitarlos en el futuro.
Sacrificarse a sí misma, relegándose a un segundo lugar y poner por delante al hombre que aman
No renuncies a tus propios intereses, aficiones y actividades, aunque creas ingenuamente que no te supone un sacrifio abandonarlos.
No dejes de frecuentar tus amistades o familia por el hecho de que no le caigan bien a él. Una de las tácticas que utilizan los hombres para dominarte es la de separarte de aquellas personas y grupos que te aprecian y a quienes podrías recurrir en demanda de ayuda.
No sacrifiques quien eres por convertirte en lo que el hombre quiere que seas, acabarás queriéndote menos a ti misma.
No abandones tus propios sueños por ayudar a un hombre en la realización de los suyos.
Cada vez que abandonas un interés, una amistad o un sueño con la esperanza de ganar el amor de un hombre, entregas un pedazo de ti misma. Si te vas amputando para hacerte querer, perderás tu esencia y tu alma de mujer. En cambio, cuanto más completa y realizada estés como mujer, menos probabilidad tendrás de buscar una relación sólo para valorarte y que te ofrezcas como candidata a un sacrificio.
No sacrifiques tu orgullo, tu sentido de la dignidad personal y de integridad, tu amor propio con la pretensión de conseguir que un hombre te ame. No seas una mártir del amor. Deja de claudicar ante un hombre.
Enamorarse de las aptitudes y cualidades que creen intuir en el hombre
Enamórate de un hombre tal como es ahora, sin pretender “salvarlo” ni esperando que mañana llegue a ser diferente. No soportes malostratos en espera de que se manifieste lo que creemos que lleva dentro.
Un hombre sólo cambia cuando se quiere a sí mismo lo suficiente.
Ocultar su propia excelencia y su eficacia por temor a parecer orgullosa o vanidosa
La mujer que rebosa seguridad en sí misma resulta muy atractiva.
Acepta los cumplidos. Procura unirte a un hombre que te deje brillar.
Fingirse niña para conseguir lo que quieren de los hombres
No te finjas ingenua o ignorante. Expresa tu furia. No utilices voz lastimera. No crees una crisis para llamar la atención. No te ganarás el respeto de un hombre comportándote como una niña.
Dedicarse ella sola a tirar del remo en las relaciones
En las relaciones, la mujer se lanza a cubrir los vacíos emocionales, a romper los silencios, a salvar las distancias por medio del cariño, a llenar el tiempo con actividades, a remediar separaciones mediante el amor. Pero cuando exageramos, caemos en el peligro de tener que remar solas para que la barca avance.
Espera a que tu pareja se acerque a tu lado de la cama en vez de ser tú quien se acurruca siempre en el suyo, dale ocasión de iniciar la seducción, dile que te sorprenda planeando el fin de semana o las vacaciones o una velada romántica…
Procura dar sentido a tu vida con otras actividades creadoras y satisfactorias, de manera que vuestra relación no sea la única salida para tus energías.
Extraído del libro:
"Secretos de los hombres que toda mujer debería saber"
Bárbara de Angelis