Un buen texto para empezar…
¿Miedo al fracaso…? que no te detenga
Muchas veces no hacemos las cosas que queremos,
porque nos invade una especie de terror
a hacer las cosas mal y a quedar en ridículo.
Nuestros miedos son más fuertes que nuestros sueños
y por eso no logramos lo que nos proponemos
y a veces ni siquiera intentamos plantear cumplir un deseo.
Nos atormentamos pensando: “¿Y qué pasa si no sale bien?”
El miedo nos convence de que fracasar
sería una catástrofe para resto de la vida,
cuando en realidad el fracaso es solo una etapa
en nuestras vidas, la que nos permite aprender, crecer,
buscar otros caminos para llegar hacia donde queramos.
No hay ni una sola persona en el mundo
que no ha fracasado en toda su vida.
Y muchas veces el éxito se esconde detrás del fracaso
solo hay que saber “ver” la oportunidad que se nos presenta.
En realidad el miedo al fracaso es solo “fruto de nuestra mente”,
surge de nuestra imaginación y es totalmente irreal.
Imaginamos y visualizamos un resultado negativo
de nuestras acciones, que en realidad no han ocurrido,
pero la imaginación nos parece tan real que nos paraliza
y entramos en el bloqueo emocional.
Simplemente nos lo hemos imaginado y lo hemos creído.
El miedo dificulta mucho el camino hacia lo que perseguimos.
Frena la energía y provoca fatiga
a la hora de dar el siguiente paso.
Tenemos que aprender dar la cara al miedo
y de esta manera veremos que es mucho más pequeño
de que parecía al principio.
Cuando somos concientes de nuestro miedo,
el terror deja de tener poder sobre nosotros.
Aprende a dar la cara al miedo.
1. Nunca reprimas tus miedos.
No puedes pasar las veinticuatro horas del día reprimiendo el miedo.
Cuando reprimas el miedo, una vez que el vuelve a salir
a la superficie golpeará con más fuerza.
No tenemos que eliminar el miedo.
No se puede evitar tenerlo.
Cuando damos la cara al miedo, a fuerza de ese
que nos perseguía como sombra al cuerpo empieza a disminuir.
2. Acepta tus miedos.
El miedo sólo es una sensación que se presenta
cuando te atreves con algo nuevo y abandonas la zona de confort.
Acéptalo y siéntelo. Hazte una pregunta:
“¿ A qué temo exactamente?”,
“¿ Cómo sería exactamente fracaso?”.
A observar con la lupa cualquier fantasía de fracaso,
el miedo se reduce.
Ten preparado un plan de emergencia
y piensa algunas medidas de salvación.
Se duerme mucho mas tranquilo
cuando se tiene un plan “B” en el bolsillo.
3. No te detengas.
No intentar lograr lo que se propone, por miedo al fracaso,
es como no vivir por miedo a morir.
Hay que arriesgarse y asumir nuevos retos.
Recuerda que en la vida se avanza aprendiendo
de los errores sin perder el entusiasmo,
el carácter y la iniciativa.
No te detengas, da el siguiente paso y descubrirás
que la realidad no es tan terrible como el miedo te hacía creer.
La gente que evita el fracaso también evita el éxito.
Robert Kiyosaki