viernes, 29 de agosto de 2014

Cómo las águilas

Aún al borde de su propia muerte el águila extiende ampliamente sus alas agigantando su figura. Cuando alguien con sus pies firmes en la tierra vea desde su poco más de metro y medio de altura, a un águila volando directamente hacia un temible frente de tormenta podría pensar en la "tonta" decisión del animal que no huye del fenómeno. Sin embargo desde la altura del águila la realidad es muy distinta. El águila sabe que frente a la tormenta, lo mejor que puede hacer es no volar dejándose perseguir continuamente por las grises nubes. Muy por el contrario se dirigirá de frente a ella, desplegará sus alas tan grandes como le sea posible con lo que el tempestuoso viento la empujará hacia arriba hasta que, luego de soportar durante un centenar de metros la oscuridad de la nube, por fin verá el sol y habrá dejado la temible tormenta a sus pies...

De esta forma, cuando nos vemos circundado por un problema, lejos de tratar de huir temporalmente –en cuyo caso seremos constantemente perseguidos por él- podemos elegir desplegar nuestras alas... tomar conciencia de la grandeza de nuestra vida... de lo que verdaderamente somos... de nuestras reales capacidades... de aquello que está en nosotros mismos... Cuanto mayor sea el problema, más grande mostraremos nuestras alas, nuestra figura... y enfrentando la circunstancia podremos soportar el tempestuoso momento convencidos de que el sol nos espera arriba...

Más aún... cuando el águila afronta el momento culminante de su vida, cuando avizora el momento del final de su existencia, lejos de amedrentarse, de recluirse, de cerrarse en si misma, realiza el mayor de los esfuerzos de toda su vida en desplegar sus alas hasta que la sombra que produzca sea la mayor jamás vista. Así se eleva hasta las mayores de las alturas donde encontrará el lugar que ella misma elige para su muerte. La última imagen que puedas tener de un águila siempre será la de la majestuosidad de su figura con sus alas extendidas. Si lo hace un maravilloso pero simple animal como el águila... ¿no será posible que esta sea la actitud en nuestras vidas?

Desconozco a su autor

viernes, 22 de agosto de 2014

El banquero y el pescador

Un banquero y experto en inversiones, estaba en el muelle de un pequeño pueblo caribeño, cuando llegó un pescador en su bote.
Dentro del bote había varios atunes amarillos bastante grandes y el banquero elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó:
-¿Cuánto tiempo le tomo pescarlos?
-Muy poco tiempo, respondió el pescador.
-¿Porqué no se quedó más tiempo pescando, podría haber traído mas peces? Preguntó el banquero.
-Si, seguramente, pero esto es suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de mi familia, dijo el pescador
-Pero permíteme que te pregunte, dijo el banquero ¿qué haces con el resto de tu tiempo?,
-Después de pescar, descanso un poco, juego con mis hijos, duermo la siesta, luego acompaño a mi esposa hacer las compras y por las noches me reúno con los amigos para pasar un buen rato conversando. Llevo una vida tranquila y despreocupada, dijo el pescador.
-Mira, yo soy un especialista en marketing y asesor de grandes empresas y podría ayudarte a desarrollar un negocio. Lo que tendrías que hacer, es dedicar más tiempo a la pesca y con los ingresos podrías comprar un bote más grande. Al tener un bote más grande puedes pescar mucho más que ahora, de manera que duplicarías las ganancias. Con el tiempo podrías comprar varios botes y tener empleados que pesquen para ti.
El siguiente paso es que en lugar de vender el pescado a un intermediario, lo podrías vender directamente a la empresa que distribuye el pescado una vez envasado y empaquetado y con el tiempo podrías tener la distribución para la provincia o el país entero.
Claro cuando eso ocurra, tendrías que dejar este pequeño pueblo para instalarte en la gran ciudad, desde donde manejarías tu empresa, sin tener que salir a pescar.
-¿Pero, cuánto tiempo hace falta para que ocurra todo eso? Preguntó el pescador.
-Entre diez y quince años, dijo el banquero.
-¿Y luego qué? Dijo el pescador.
-Después se puede anunciar una IPO (Oferta Inicial de Acciones) y vender las acciones de tu empresa al público. Te harás millonario.
-¿Y luego qué? Le preguntó sonriendo al banquero.
-Luego te puedes retirar. Te compras una casita en un pueblecito de la costa, donde puedes descansar, dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, ir con tu esposa de compras y reunirte con tus amigos y familiares para pasarlo bien. Dijo el banquero.
-¿Acaso no es eso lo que ya tengo?

Cuántas vidas desperdiciadas buscando lograr una felicidad que ya se tiene pero que muchas veces no vemos. La verdadera felicidad consiste en amar lo que tenemos y no sentirnos mal por aquello que no tenemos.

"Si lloras por haber perdido el Sol, tus lágrimas no te dejarán ver las estrellas"

Desconozco a su autor

miércoles, 20 de agosto de 2014

El poder y sentimiento en nuestras palabras

Una palabra irresponsable:
puede encender discordias y fuegos difíciles de apagar…

Una palabra cruel:
puede arruinar y derribar todo lo que se había edificado en una vida…

Una palabra de resentimiento:
puede matar a un apersona como si le claváramos un cuchillo en el corazón…

Una palabra brutal:
puede herir y hasta destruir la autoestima y la dignidad de una persona…

Una palabra amable:
puede suavizar las cosas y modificar la actitud de otros…

Una palabra alegre:
puede cambiar totalmente la fragancia y los colores de nuestro día…

Una palabra oportuna:
puede aliviar la carga y traer luz a nuestra vida…

Una palabra de amor:
puede sanar el corazón herido…

Porque las palabras tienen vida.

Son capaces de bendecir o maldecir,
de edificar o derribar,
de animar o abatir,
de transmitir vida o muerte,
de perdonar o condenarde,
empujar al éxito o al fracaso,
de aceptar o rechazar…

¿Cómo hablamos a los demás?

¿Qué les transmiten nuestras palabras?

¿Qué me digo a mí mismo?

¿Hacia dónde me conduce mi dialogo interno?

Desconozco a su autor

Sólo es Feliz quien se Permite ser feliz

Ser Feliz es, en gran medida, una elección personal.

Y Ser Feliz es una responsabilidad que hay que asumir dedicándole atención plena y prioridad preferente.

No somos más felices porque no sabemos con qué o con cuánto es suficiente para ser feliz.

En más de una ocasión hemos sentido la sensación de plenitud de felicidad con un encuentro, una sonrisa, o una llamada… sin más.

Todos hemos visto personas que, aun no teniendo posesiones, y viviendo en unas condiciones duras, son felices.

Todos hemos asistido a una conversación en que uno acaba diciendo, más o menos, “se puede ser feliz con cualquier cosita…”

La infelicidad se basa, en gran medida, en las inconscientes preocupaciones que todos tenemos.

Sabemos, y le estamos dando vueltas continuamente aunque no nos demos cuenta, que un hijo tiene un problema, que en la casa hay que hacer una reparación, que notamos distante a una amiga, que nos vamos haciendo mayores, que nos falta nuestra amada madre… y eso espanta a la felicidad.

Nos gustaría tenerlo todo y que todo fuera perfecto a nuestro alrededor.

Gastamos demasiada energía, demasiada atención, y demasiado tiempo, en añorar lo que ya no tenemos, lo que no se ha cumplido, lo imposible…

Y ese tiempo que dedicamos a ello podríamos invertirlo mejor en estar presentes en el presente, en disfrutar lo que somos y lo que tenemos a nuestro alcance

La felicidad se manifiesta en los momentos en que nuestra mente no está divagando en sus pre-ocupaciones, en que estamos en contacto solamente con nuestro centro, y cuando no estamos distraídos con otras cosas.

Decimos en muchas ocasiones, de esos que saben ser felices a menudo, que son “unos irresponsables”.

¿Será que es bueno ser “un irresponsable”?

¿Será que a veces nos estancamos en el papel que nosotros llamamos “responsable” y no nos damos permiso para disfrutar la felicidad?

¿Será que a medida que nos vamos haciendo mayores creemos que tenemos que ser serios?

Creo que sólo se es feliz cuando se usa el corazón.

La felicidad no es un asunto de la razón.

Piensa en los momentos en que te hayas sentido absolutamente feliz, y verás que tienen cosas en común: No estabas pendiente de otra cosa más que de aquello que activó tu felicidad, y lo que te produjo felicidad no era algo material.

Comprar un coche nuevo o una nueva casa, un ascenso en el trabajo, gastar dinero, una buena comida en un buen restaurante… eso te produce satisfacción, entusiasmo, placer, euforia, contento, una especie de alegría… y todo eso está muy bien, pero eso no es la felicidad: eso son momentos puntuales en el tiempo que van desapareciendo.

La suma de alegrías, risas, sonrisas, satisfacción, diversión, buen humor, placer… aun no siendo la auténtica felicidad –porque son efímeras- sí que provocan una “sensación” de felicidad, una “sensación” que se parece bastante a la felicidad –que es menos aparatosa, y es más discreta y prudente-; la parte buena es que predisponen en buena medida a ser feliz porque provocan un optimismo que alienta a relacionarse bien con la felicidad.

Ser feliz no es estar alegre, eso ya lo sabemos, si bien estar alegre puede ser una manifestación de ser feliz.

Ser feliz se puede manifestar como una serenidad que no requiere demostraciones externas –aunque se aprecia en la mirada, en la sonrisa y en el aura-.

La felicidad no es eufórica, es casi invisible, porque es un sentimiento interior que se parece más a la paz que a cualquier otra cosa.

Es una satisfacción íntima con uno mismo, resultado de una aceptación de Sí Mismo, y de su pasado y su presente.

Cualquier oposición a la aceptación total impide la manifestación de la felicidad.

Y esa aceptación necesita una comprensión de todo lo que haya hecho uno en el pasado: lo que se pueda calificar como “malo” y lo que haya estado bien. Comprensión de que uno actuó del modo que consideró adecuado o del modo que le permitieron sus capacidades o circunstancias de entonces. Y he escrito “comprensión”, y no “perdón”. Porque no hay nada que perdonar ni auto-perdonarse. Eso sólo mostraría una especie de superioridad y prepotencia del que perdona hoy al que fue ayer.

Ser feliz se basa, básicamente, en encontrarse bien de Autoestima, en tener una buena relación con Uno Mismo, en saber apreciar la vida y sus cosas, en saber renunciar a lo imposible y no obsesionarse con la consecución de utopías, en comprender que no se puede tener todo ni ser el mejor, en saber aceptar y saber renunciar, en darse cuenta de que lo que verdaderamente vale y es importante es cultivar la relación consigo mismo, y admitirse sin condiciones en lo que uno llama equivocadamente sus “imperfecciones” y sus “fracasos”.

Sólo serás feliz si realmente te propones ser feliz y eliminas tus propias oposiciones.

Permítete ser feliz… y serás feliz.

Francisco de Sales, es el creador de la web www.buscandome.es, para personas interesadas en la psicología, la espiritualidad, la vida mejorable, el Autoconocimiento y el Crecimiento Personal

martes, 19 de agosto de 2014

¡Júzgame… si puedes!, Tú y yo somos jueces

Tú y yo somos jueces. Nos pasamos la mayor parte del día decidiendo acerca de las personas que nos encontramos: su aspecto, su manera de comportarse, de expresarse…incluso nos atrevemos a juzgar su ideología y opiniones.

En cada juicio que haces sobre otra persona hay un juicio escondido sobre ti mism@. Continuamente juzgas bueno o malo el comportamiento del otro, juzgas acertada o equivocada su manera de pensar… Cuando lo que realmente sucede es que ambas posturas son igualmente ciertas…o igualmente falsas. Mientras pienses que estás en posesión de la verdad y que tú tienes la razón, estarás creando separación, desigualdad y estarás sentando las bases para que el sufrimiento se instale en tu vida…y tal vez también en la de quien te escuche.

La única verdad es que tanto tu manera de ver la realidad como la de la persona a quien estás poniendo en tela de juicio son igualmente acertadas (o igualmente erradas). Ambos estáis viendo el mismo toro sólo que mientras uno lo ve desde el frente, agresivo, con cuernos y mirada desafiante, otro lo ve desde detrás, lento, pesado y torpe. No puede el que lo ve de frente ni imaginar que sea tan torpe y pesado como le dice el que lo está viendo desde la retaguardia, pues lo está viendo de frente como una amenaza para su vida, con su mirada fija y sus cuernos aguzados. NO, no puede aceptar que le digan que parece un animal pesado, de movimientos torpes debido a su voluminosidad y su peso. Igualmente no acepta el que lo ve desde un ángulo retrospectivo que sea un animal peligroso, pues lo que ve de él son sus anchos traseros, sus formas redondeadas y su cola espantando las moscas. Tiene (aparentemente) todos los datos que necesita para decir que es un animal tranquilo y manso. Sólo en el transcurso de los acontecimientos se comprobará si uno u otro tenía razón…o si ambos la tenían (o ninguno).

De igual manera cuando opinas algo acerca de una persona o acontecimiento te crees que tus razonamientos y tu lógica de pensamiento son tan universales y plenamente correctas que para todo el mundo ha de ser evidente que lo que dices es tan cierto y meridiano como el sol. ¡Está tan claro!… … … Y sin embargo resulta ser que hay un sin fin de variables que descubres cuando te paras a analizar la cuestión bajo otros puntos de vista o conociendo la Historia personal de esa persona o situación. Tal vez el toro que era tan fiero…ya no lo es. O el manso animal resulta ser realmente un peligro para tu existencia.

A veces incluso sucede que empatizamos con esa persona a la que antes criticábamos, pues hemos conocido la esencia que escondía en su interior o sus motivaciones y objetivos a la hora de comportarse de aquella manera que nos resultaba errada antes. Y resulta que…hasta nos parece lógico que actúe así.

Esto solamente sucede si, cuando nos sobreviene nuestro habitual afán de juez, somos capaces de mirar con ojos nuevos a la persona o a la “realidad” que tenemos delante. A eso nos referimos cuando decimos aquello de “mirar con ojos de niño” o “ver la vida con ojos nuevos”. Se trata de no juzgar a la primera de cambio. Se trata de que, si queremos de verdad hacernos una idea acerca de lo que sucede ahí afuera de nosotros mismos, hemos de “mojarnos”, hemos de investigar, pararnos, preguntar, indagar acerca de la Historia, de los porqués, de las motivaciones ocultas y los objetivos implícitos de una persona o de una situación. Sólo entonces tendremos herramientas con algo más de peso para emitir nuestra opinión. Aunque teniendo en cuenta que no es más que una opinión personal, fruto de la reflexión de una cabeza pensante ajena a la situación o persona evaluada, con lo cual, todo el peso del sentir de esa persona no está siendo tenido en cuenta a la hora de expresar nuestra opinión.

De hecho, lo que normalmente suele suceder es que las pocas veces que nos tomamos la molestia de hacer un análisis a fondo acerca de una persona o de las circunstancias que han dado lugar a una situación determinada…cuanto más ahondamos en las raíces de la persona o realidad…menos interés nos queda de pronunciarnos acerca de ella, puesto que vamos comprendiendo y poniéndonos en su piel. Y comprobamos que tal vez si hubiese sido a ti o a mí a quienes les hubieran sucedido esas situaciones previas, esa educación o si nos movieran esas mismas motivaciones q ue descubrimos en nuestro análisis…con toda seguridad nuestra reacción hubiese sido igual, similar o cuando menos igualmente dispar como la que estamos observando en la realidad presente.

Si es que en definitiva sólo puede juzgarte quien realmente te conoce desde dentro…¡y precisamente por ese motivo nadie te juzga!

IVÄN
Terapeuta de Reiki
Fuente: http://reikiterapiavigo.wordpress.com/2013/05/20/juzgame-si-puedes/


viernes, 8 de agosto de 2014

Mensaje motivador

No abandones las ansias de hacer de tu vida, algo extraordinario.

No dejes de creer, en que las palabras y las poesías, sí, pueden cambiar el mundo. Pase lo que pase, nuestra esencia está intacta, somos seres llenos de pasión.

La vida es desierto y es oasis.

Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia. Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: Tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar, porque sólo en sueños puede ser libre la humanidad.

Valora la belleza de las cosas simples.

Disfruta del pánico que te provoca, tener la vida por delante. Vívela intensamente, sin mediocridad.

Piensa que en ti, está el futuro y encara la tarea, con orgullo y sin miedo. No permitas que la vida, te pase, sin que la vivas.

Desconozco el autor/a.


lunes, 4 de agosto de 2014

El renacer del águila

El águila, es el ave que posee la mayor longevidad de su especie.

Llega a vivir setenta años, pero para llegar a esa edad, a los cuarenta, debe tomar una seria y difícil decisión.

A los cuarenta años, sus uñas están apretadas y flexibles y no consigue tomar a sus presas de las cuales se alimenta. Su pico largo y puntiagudo se curva apuntando contra el pecho. Sus alas están envejecidas y pesadas y sus plumas gruesas.

¡Volar se hace ya tan difícil!

Entonces, el águila tiene solamente dos alternativas: morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará ciento cincuenta días.

Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse allí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga la necesidad de volar.

Después de encontrar ese lugar, el águila comienza a golpear su pico en la pared hasta conseguir arrancarlo. Luego, debe esperar el crecimiento de uno nuevo con el que desprenderá una a una sus uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, comenzará a desplumar sus plumas viejas.

Después de cinco meses, sale para su vuelo de renovación y a vivir treinta años más.

"En nuestras vidas, muchas veces tenemos que resguardarnos por algún tiempo y comenzar un proceso de renovación para continuar un vuelo de victoria, debemos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos que nos causaron dolor. Solamente libres del peso del pasado podremos aprovechar el resultado valioso que una renovación siempre trae"

Rick Wallstein

viernes, 1 de agosto de 2014

Elévate por encima del infortunio

Siempre habrá momentos difíciles y días complicados en nuestra vida.

Nos da la impresión de que ciertas cosas simplemente no estaban destinadas a pasar y que algunos proyectos simplemente no estaban destinados a funcionar.

Siempre enfrentaremos decepciones, pero también recibiremos muchas bendiciones especiales.

Todo lo que se nos pide es que nos elevemos por encima de nuestros infortunios.

Deja que la vida te muestre nuevas maneras de encarar viejos problemas.

Deja que te ofrezca nuevos descubrimientos.

Deja que los días desplieguen ante ti nuevas posibilidades que hasta entonces desconocías, nuevos sueños que nunca soñaste, y que te regale las semillas de nuevas ideas que nunca antes sembraste.

Deja que la vida modere tus convicciones y te muestre todo lo que está oculto detrás de cada escena: la profunda paz del cambio de estaciones, la majestad de lo que significa tener y ser un amigo, la alegría que se descubre al comprender que nunca es tarde para volver a empezar.

Deja que la vida brinde abundancia a tu alma y a tu corazón.

Déjala cantar en ti y mostrarte cómo apuntar a las estrellas.

Deja que te ayude a alcanzar todo lo que deseas para ser todo lo que eres.

Se trata de una regla muy sencilla: Cuanto más das, más recibes. Y cuanto más lo hagas, más te gustará hacerlo.

Eres una persona maravillosa que merece tener una bella vida. Y si alguna vez sobreviene la dificultad, sé que puedes elevarte por encima de ella.

Desconozco el autor/a.