Mira la flor, siente su belleza, pero no emplees la palabra belleza,
ni incluso mentalmente.
Contémplala, déjala que sea absorbida en ti, sumérgete profundamente en ella,
pero no emplees palabras. Siente su belleza, pero no digas,
“Es hermosa”; ni incluso mentalmente.
No verbalices y gradualmente serás capaz de sentir
la belleza de la flor sin emplear la palabra. Realmente no es difícil; es natural.
Primero sientes y luego surge la palabra,
pero estamos tan habituados a las palabras que no hay una separación.
El sentimiento aparece,
pero no lo has ni sentido cuando de repente surge una palabra.
Crea pues una separación; siente simplemente la belleza de la flor,
pero no emplees palabras.
Si eres capaz de disociar las palabras de los sentimientos,
podrás disociar los sentimientos de la Existencia.
Deja entonces que allí esté la flor y que tú estés ahí,
como dos presencias, pero no permitas que el sentimiento aparezca.
No sientas ni siquiera que la flor es hermosa.
Deja que la flor este allí y que tú estés allí, en un profundo abrazo,
sin ningún asomo de sentimiento.
Entonces podrás percibir la belleza sin sentirla;
tú serás la belleza de la flor.
No será un sentimiento: tú serás la flor.
Entonces habrás sentido algo de forma existencial.
Cuando puedas hacer esto,
entonces sentirás que todo ha desaparecido:
pensamientos, palabras, sentimientos.
Y entonces podrás sentir existencialmente.
Osho