Aprende a amar.
Un gran amante siempre está dispuesto a dar amor
y no se preocupa si se lo devuelven o no.
Siempre es devuelto, esa es la naturaleza de las cosas.
Es como si vas a las montañas y cantas una canción,
y los valles responden.
¿Has visto un sitio con eco en las montañas,
en las colinas? Gritas y los valles gritan, o cantas
y los valles cantan. Cada corazón es un valle.
Si viertes tu amor en él, responderá.
La primera lección del amor es no pedir amor,
sino simplemente darlo. Da siempre.
Tu simplemente da y ya vendrá.
El amor tiene su propia felicidad intrínseca.
Sucede cuando amas. No hay necesidad de esperar el resultado.
Simplemente, empieza a amar.
Poco a poco verás que mucho más amor viene a ti.
Tan sólo amando uno ama y llega a saber lo que es el amor.
Igual que uno aprende a nadar nadando, amando uno ama.
No pierdas ninguna oportunidad de amar.
Incluso paseando por la calle puedes ser amoroso.
Incluso con un mendigo puedes ser amoroso.
No es necesario que tengas que darle algo;
puedes sonreir, al menos. No cuesta nada,
pero tu sonrisa misma abre tu corazón,
hace que tu corazón esté más vivo.
Toma a alguien de la mano, un amigo o un extraño.
No esperes pensando que sólo amarás cuando aparezca
la persona apropiada. Entonces la persona apropiada
no aparecerá nunca. Sigue amando. Cuando más amas,
mayor es la posibilidad de que aparezca la persona adecuada,
porque tu corazón comienza a florecer.
Y un corazón en flor atrae a muchas abejas, a muchos amantes.
Así que nunca confundas el amor con alguna otra cosa.
Si el amor es realmente amor…
¿A qué me refiero cuando digo “realmente amor”?
Quiero decir que con sólo estar en presencia del otro
te sientes feliz de repente, con sólo estar juntos
te sientes en éxtasis, la mera presencia del otro
llena algo profundo en tu corazón…
Algo empieza a cantar en tu corazón, entras en armonia.
La mera presencia del otro te ayuda a serenarte.
Te vuelves más individual, más centrado con los pies
más en el suelo. Entonces, eso es amor.
El amor no es una pasión, el amor no es una emoción.
El amor es una profunda, comprensión de que alguien,
de alguna manera te completa.
Alguien hace de ti un círculo completo.
La presencia del otro realza tu presencia, el amor
te da libertad para ser tú mismo; no es posesión.
Así que observa. Nunca pienses que el sexo es amor;
si no, serás engañado. Permanece alerta, y cuando empieces
a sentir con alguien que su presencia, su mera presencia
-nada más, no se necesita nada más; no pides nada-,
sólo su presencia, sólo lo que el otro es,
es suficiente para hacerte feliz…
algo empieza a florecer en ti, mil y un lotos florecen…
entonces estás enamorado, y entonces puedes pasar
por todas las dificultades que crea la realidad.
Muchas angustias, muchas ansiedades, serás capaz
de pasar por todas ellas, y tu amor florecerá más y más,
porque todas esas situaciones se volverán desafíos,
y tu amor, al superarlos, se hará más y más fuerte.
El amor es eternidad. Si está ahí, entonces sigue
creciendo y creciendo.
Conoce el principio pero no conoce un fin…
Osho