es el momento de regar la tuya…
A veces es más fácil creer que el césped del vecino
está más verde que el nuestro, o que para los demás todo
es menos complicado que para nosotros.
El problema es que la envidia nos hace buscar la felicidad
“fuera” de nosotros, nunca en nuestro interior.
Nos pasamos la vida mirando por encima de la valla
deseando lo que tiene el vecino, en vez de vivir en nuestro lado,
aquí y ahora.
¿Cuántas veces nos hemos dejado de impresionar por lo que parecía
una boda maravillosa o por el trabajo estupendo de alguien,
para luego ver cómo el matrimonio culminaba en divorcio
o el gran ejecutivo terminaba siendo acusado de desfalco?.
¿Cuántas veces hemos intentado solucionar nuestros problemas
saltando la valla, pensando que una vez que estuviéramos
al otro lado las cosas serían mejores?.
Y todo para descubrir que los problemas tienen una curiosa forma
de seguirnos dondequiera que vamos; y que, estemos donde estemos,
la hierba se marchita y muere si no le prestamos la atención
y los cuidados que necesita.
¿Te has dedicado últimamente a mirar con envidia el césped del vecino?
¿Te parece mejor que el tuyo?
¿Qué tienes que no tenga él? (¡Siempre hay algo!)
Cuando envidies especialmente a alguien,
bendícelo y alégrate por él.
Entonces te darás cuenta de que no tiene nada que ver
con tu propia felicidad o infelicidad.
Marta Botta