Imagina cómo sería la vida si no hubiese nada que pudiese deprimirte. Piensa en todo lo que podrías lograr si no existiesen las distracciones que te hacen perder el rumbo. Considera cuán efectivas podrían ser tus respuestas, si pudieses ver las oportunidades que existen en cada situación para luego valerte de ellas y hacerlas realidad.
Imagínate siendo una persona tranquila, serena y enfocada a pesar de la confusión que te rodea. Siente la fuerza que provendría de tener la capacidad de, simplemente, aceptar cada instante tal cual viene en lugar de luchar en su contra. Piensa en lo maravilloso que sería no disgustarte jamás.
¡Qué forma de vida tan llena de energía! ¡Qué manera tan efectiva de trabajar! Y todo eso es posible, aquí y ahora.
Nada puede deprimirte, a menos que tú lo permitas. Nada puede distraerte, a menos que tú aceptes que así sea. Las oportunidades siempre están allí, para que tú las descubras y les des vida. No hay motivos para que te sientas molesto ni irritado, a menos que tú así lo decidas. Tienes la capacidad de hacer que la vida resulte estupenda.
Imagina cuán maravilloso sería utilizar cada instante con sentido y enfocado en positivo. Imagínalo. Date cuenta de que así puede ser. Y haz que así sea, ahora mismo.
Desconozco a su autor