sábado, 4 de mayo de 2013

La respuesta que buscabas

¿Qué pasa en tu interior? Te esforzaste demasiado. Superaste tus límites. Fuiste más allá de lo posible. Subiste a la cima con tu último aliento, confiando en lo no visible, y aún no sale el Sol. 

¿Acaso es desilusión lo que muestran tus ojos?

¿Estás preguntándote de qué valió tanto sacrificio? Aunque pueda parecerte una locura, la respuesta la encontrarás al descender la montaña.

Comprendo que puedas enojarte. Tanto dolor y entrega para subir y ahora hay que bajar. ¿Suena incomprensible, no? ¿Por qué la sonrisa se escapó de tu rostro? ¿Descender suena a derrota? ¿No ver el Sol implica que subir no valió la pena? Este es el instante en donde se ponen a pruebas las enseñanzas recibidas. Cada paso que te animes a dar te volverá más luminoso.

Ascender es animarse a dejar. Descender es retomar lo dejado sin apegos. Si creíste que subiendo trascendías la opinión de los demás, sólo bajando, y reuniéndote con quienes te criticaban, podrás saber si lograrás moverte sin que las palabras te hieran.

¿ Crees que así estás retrocediendo? El que baja no es el mismo que quien sube. La montaña que uno asciende no es la misma por la que uno desciende. La transmutación ocurre en múltiples direcciones. No hay separación entre el hombre y la montaña.

La Verdad no anida en las alturas, allí sólo se consigue mayor claridad para poder percibirla. Subir y bajar son excusas para movilizarnos y mantenernos despiertos. El Sol que fuiste a contemplar no se veía con los ojos. Ahora lo sabes  podrías haberlo visto sin dar un solo paso. Sólo tenías que mirar en la dirección correcta, hacia el centro exacto de tu propio corazón.

Si ascender te humaniza, descender te otorga alas. Nada podrá retenerte ahora. Sos libre como el viento. Aunque desde abajo no lo parezca, la trampa más sutil está en la cima. Ahora que regresaste, conoces la respuesta: sólo descendiendo se asciende más alto, porque se trasciende el apego a la cima.

Esta es la respuesta que buscabas para volver a sonreír.

Julio Andrés Pagano

Las etapas

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida.

Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos. Como quiera llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Terminó con su trabajo?, ¿Se acabó la relación?, ¿Ya no vive más en esa casa?, ¿Debe irse de viaje?, ¿La amistad se acabó?

Puede pasarse mucho tiempo de su presente "revolcándose" en los porqués, en devolver el casette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho.

El desgaste va a ser infinito porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, sus hermanas, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la Vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltar, hay que desprenderse.

No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.

El desgaste va a ser infinito porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, sus hermanas, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la Vida y seguir adelante.

¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, documentos por tirar, libros por vender o regalar. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir con sólo lo que tenemos en el presente!. El pasado ya pasó.

No esperen que le devuelvan, no espere que le reconozcan, no espere que alguna vez se den cuenta de quién es usted. Suelte el resentimiento, el prender "su televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarlo mentalmente, envenenarlo, amargarlo. 

La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si usted anda por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción.

Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de "regresar" (a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron. ¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo!, si no, déjelo ir, cierre capítulos. Dígase a usted mismo que no, que no vuelve.

Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio. Usted ya no es el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver. Cierre la puerta, pase la hoja, cierre el círculo. Ni usted será el mismo, ni el entorno al que regresa será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.

Es salud mental, amor por usted mismo desprender lo que ya no está en su vida. Recuerde que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque: cuando usted vino a este mundo 'llegó' sin ese adhesivo, por lo tanto es "costumbre" vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr porque, le repito, ¡nada ni nadie nos es indispensable! Sólo es costumbre, apego, necesidad.

Pero .... cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte. Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad.

¡Esa es la vida!


Paulo Coelho


Vivir a corazón abierto

Vivir a corazón abierto 
es para mí una intensa aventura…

Vivir a corazón abierto
es “atreverse a sentir”.
Es tomarse el riesgo de sentirlo todo,
es creer en el ser humano,
es despojarse de toda envidia,
es entregarse plenamente a la vida,
como si hubiera solo un día para amar.
Es ser tan fuerte y tan segura
que no cerrarás tu corazón
con ninguna clase de coraza…
aunque a simple vista
parecerás sensiblemente frágil,
es atreverse a ser vulnerable,
es ver mas allá de lo que se ve…
Es tener la sensibilidad a flor de piel,
para con ella poder descubrir
una linda mirada en el tumulto,
una lágrima oculta en el silencio.
Percibir el amor sereno de un padre,
la mirada tranquila de una madre,
la enorme soledad que encierra
la fría mirada de unos ojos
que no dicen nada.

El tiempo y la vida no esperan por nadie;
por eso no hay mejor momento
que éste para ser feliz;
porque la felicidad
no es una meta ni un destino…
“La felicidad es una manera de vivir”…
es vivir a corazón abierto.

Es maravilloso vivir así,
disfrutando cada momento,
con el corazón que se sale del pecho,
con la alegría que emana por los poros,
con el amor que se desborda por los ojos.

Vivir a corazón abierto, es vivir sin temor,
Vivir así es “vivir libre!!!”

He puesto alas a mi alma…
tengo grandes sueños
y las alas para perseguirlos;
y en el camino valorar y aprender
de todo ser humano que encuentro.
Disfruto cada momento que vivo,
aun los dolorosos,
porque sé que los problemas cotidianos
son la sal de la vida;
por eso atesoro cada momento.

Acaso vivir a corazón abierto
implica un riesgo??
Claro que sí!!!…
Pero correr ese riesgo
es una intensa aventura!

Sé que no puedo hacer que nadie me ame,
pero sí amarme yo, y así ser alguien
a quien se puede amar.

Sé que no debo esperar
a concluir cierto asunto
o a brincar cierto obstáculo,
para comenzar a vivir
lo mejor de mi vida y ser feliz;
porque la felicidad es
precisamente “este sendero”…
es recorrer este sendero
de mi vida hoy…
“A corazón abierto”,
recorrerlo me da la felicidad,
no me lo perdería por nada!!!

No cambio ningún sentimiento
de envidia o mala voluntad
que me han enviado,
si esto implica negarme la dicha
de conocer y recibir
todo lo bello que he recibido…
Tanta alegría…
Tanto amor…

Tantos seres que han pasado por mis días,
dejando una huella de amor
o de aprendizaje del dolor…
Son las personas tristes y heridas
las que me han dado la
oportunidad de comparar
y así valorar en su justa grandeza,
todo lo bello que he recibido…

Gracias a la vida por todo lo recibido!
Gracias por la libertad de elegir!

Y elegí vivir…”A Corazón Abierto”

Alicia Tejeda