viernes, 13 de diciembre de 2013

Acéptalo

Cuando aceptas, te relajas, sueltas y te llenas de paciencia.

Ese es un estado o lugar agradable (y efectivo) tanto para participar como para de allí, partir. Quedarte y luchar (aún por las cosas entretenidas: ¿cuántas veces te esforzaste por pasar un buen rato?) o escaparte con disgusto o temor no son las formas más plenas de vivir o de dar. Sin embargo, ese es el resultado inevitable de no aceptar.

Date unos pocos momentos y considera una situación con la que no estés feliz – no pienses en la carga mayor de tu vida, simplemente un evento en el que te sentiste fastidiado. Ahora, acéptalo todo de esa situación. Déjalo ser tal cual es. Porque después de todo: así es, ¿verdad?

- John-Roger