jueves, 18 de julio de 2013

Comunicación sin palabras con la Existencia

Estás mirando una flor.
Mira la flor, siente su belleza, pero no emplees la palabra belleza,
ni incluso mentalmente.

Contémplala, déjala que sea absorbida en ti, sumérgete profundamente en ella,
pero no emplees palabras. Siente su belleza, pero no digas,
“Es hermosa”; ni incluso mentalmente.
No verbalices y gradualmente serás capaz de sentir
la belleza de la flor sin emplear la palabra. Realmente no es difícil; es natural.

Primero sientes y luego surge la palabra,
pero estamos tan habituados a las palabras que no hay una separación.
El sentimiento aparece,
pero no lo has ni sentido cuando de repente surge una palabra.
Crea pues una separación; siente simplemente la belleza de la flor,
pero no emplees palabras.

Si eres capaz de disociar las palabras de los sentimientos,
podrás disociar los sentimientos de la Existencia.
Deja entonces que allí esté la flor y que tú estés ahí,
como dos presencias, pero no permitas que el sentimiento aparezca.
No sientas ni siquiera que la flor es hermosa.
Deja que la flor este allí y que tú estés allí, en un profundo abrazo,
sin ningún asomo de sentimiento.
Entonces podrás percibir la belleza sin sentirla;
tú serás la belleza de la flor.
No será un sentimiento: tú serás la flor.
Entonces habrás sentido algo de forma existencial.

Cuando puedas hacer esto,
entonces sentirás que todo ha desaparecido:
pensamientos, palabras, sentimientos.
Y entonces podrás sentir existencialmente.

Osho


Un poquito más

Cuando hayas hecho lo que había que hacer,
sigue adelante y haz un poquito más.
Cuando hayas conseguido cierto impulso,
aprovéchalo al máximo.
Por si mismo, un esfuerzo pequeñito no será muy efectivo.
Pero cuando se engancha con el final de otro esfuerzo
sumándose a él,
puede representar toda la diferencia del mundo.
Aquellos que se detienen
una vez que han hecho lo que había que hacer,
por lo general se las arreglan para sobrevivir.
Quienes siguen avanzando tan sólo un poquito más allá
terminan siendo mucho más exitosos.
La diferencia entre mediocridad y un éxito asombroso
no es tanta realmente.
Y sin embargo, aunque la diferencia es pequeña,
resulta crucial.
Puedes retirarte estando empatado,
y te las arreglarás como para quedarte allí donde estás.
O puedes agregar un poquito de esfuerzo adicional
y avanzar con decisión una y otra vez.
Al estar avanzando cuentas con el impulso de tu lado.
Pásate un poquito de la meta,
y las recompensas aumentarán con cada esfuerzo.

Gabriel Sandler