miércoles, 11 de septiembre de 2013

Para ti que amas...

Cuando en tu corazón se abra, llena de vida la flor perfumada del amor, recuerda que alguien la plantó un día dentro de ti.

Cuando tu corazón se ilumine con el suave colorido de la puesta del sol, recuerda que alguien amaneció contigo.

Cuando el fuego de la pasión queme tu corazón, consumiendo todas tus fibras en la inmolación del placer, recuerda que alguien encendió esa llama.

Cuando tu corazón esté bordado de sueños dorados, tejidos con hilos de luz de luna, recuerda que alguien coloreó tu mundo interior.

Cuando la noche te encuentres con el corazón partido y angustiado por las amarguras recogidas en el día, recuerda que hay alguien esperándote con el pañuelo en la mano.

Cuando el insomnio te haga dar vueltas desesperadamente en la cama, recuerda que alguien puede sembrar sueños de paz en tu mente.

Cuando la soledad te oprima y tu grito no encuentre eco, recuerda que allá, del otro lado, alguien ama tu compañía y entiende tu clamor.

Cuando tus secretos no quepan más dentro de ti, amenazando romper los diques de tu alma, recuerda que existe alguien dispuesto a recogerlos y guardarlos con el cariño y la dignidad que tú esperas.

Cuando en tu corazón habite el azul del cielo, la calidez del sol, el gorjeo de los pájaros, el perfume de las flores, la nostalgia del atardecer, el encanto de las mañanas, la serenidad de los lagos y la sonrisa de la ventura, recuerda que alguien ha tocado tu corazón con la varita milagrosa del amor.

¡Tu, que amas y vives en el contradictorio mundo del arco iris y de la oscuridad, de la calma y de la agitación, de la paz y de la inestabilidad, sabes que existe alguien más que habita en tu planeta!

En las horas felices, comparte con ella tus sonrisas, en las horas de soledad, ve, levántate y búscala donde quiera que esté.

¡no mires el reloj!
¿qué importan las horas?
La vida es tan corta, no hay tiempo que perder!

Tú que amas, si tienes el coraje y la sencillez de hacerlo así, abre tus labios y canta el milagro del amor, porque sólo el "amor" aproxima a las personas y hacen que hablen el mismo lenguaje...

Desconozco a su autor.


La actitud

Cuanto más amo, más compruebo el impacto de mi actitud en la vida.
La actitud es a menudo más importante que los hechos.
La actitud es más importante que el dinero.
La actitud es más importante que el pasado.
La actitud es más importante que las circunstancias.
La actitud es más importante que los fracasos o los éxitos.
La actitud es más importante que lo que la otra gente piensa, dice o hace.
La actitud es más importante que la habilidad física, o capacidad mental.
La actitud puede destruir una compañía... una asociación... o un hogar...
Lo notable es que tengo una opción todos los días, con respecto a la actitud que abrazaré para ese día.
No puedo cambiar el pasado.
No puedo controlar el futuro.
No puedo controlar cómo actuará otra persona.
La única cosa que puedo hacer es controlar mi propia actitud.
Estoy convencido de que la vida es 10% lo que me sucede, y 90% cómo reacciono a ello.
Me doy cuenta de que todo depende de mí, porque yo estoy a cargo de mi actitud.

Charles Swindoll