El problema no es que existan los conflictos, sino el saber cómo manejarlos cuando suceden.Un mal manejo del conflicto puede hacer que lo que era un simple malentendido se convierta en un verdadero problema.
A veces nos enfrascamos en la idea de que existe una verdad absoluta, y que además nosotros somos quienes la conocemos y debemos demostrarle al otro lo mal que está. ¿Te suena conocido?
Bueno, este es uno de los principales obstáculos para una comunicación efectiva, ya que cuando dos personas piensan de esta manera, lo único que se logra es tener a dos personas plantadas en su postura, tratando de demostrarle al otro su error.
Te vamos a dar unos tips de comunicación para que pongas en práctica la próxima vez que entres en conflicto con tu pareja, con tu jefe o algún compañero, los cuales te ayudarán a tener una comunicación mucho más efectiva y productiva:
1. Escucha. Este es un punto muy obvio, pero que no solemos llevar a cabo. Escuchar no significa dejar que el otro hable sin interrumpirlo, esperando a que termine para entonces yo decirle en qué está mal. Escuchar es realmente ponerme en los zapatos de la otra persona. Entender qué siente y por qué lo siente. Entender qué de lo que yo he hecho o dicho le está afectando de qué manera. No importa si creo que tiene razón o no. Ese no es el punto. Recuerda que no se trata de que haya un ganador, sino de resolver el conflicto, para lo cual necesitas entender de verdad qué le sucede a la otra persona. Aunque no estés de acuerdo, si la otra persona lo sientes así, esa es la verdad. Escúchala.
2. Resuelve el problema presente. No traigas veinte ejemplos pasados que se parecen al problema presente. No van a poder resolver todos y solamente va a hacer que el enojo aumente. Traten de enfocarse en lo que está sucediendo en el momento presente y hablar solamente de él.
3. Habla de lo que sientes, no critiques a la otra persona. No juzgues al otro con calificativos como: “estás mal”, “siempre te equivocas”, “eres muy enojón”, etc. Más bien habla de lo que tú sientes. Por ejemplo: “cuando gritas de esa manera yo siento miedo”, “no me siento a gusto con la manera como haces eso”, etc. Hazte responsable de tus sentimientos, en vez de atacar al otro.
4. No reacciones a la crítica. Si la otra persona te critica, mantén tu tranquilidad. Esto suena más fácil de lo que es en realidad. Se trata de que no te sientas vulnerable a los comentarios de la otra persona. Que entiendas que el otro está alterado y por lo tanto va a tratar de defenderse. No es nada fácil no tomarse personal este tipo de críticas en medio de un conflicto. De hecho se necesita tener una autoestima sólida que te permita estar presente en medio de un conflicto, aún escuchando las críticas sin que eso te afecte. No critiques de regreso ya que eso se convertirá en una escalada de críticas y agresiones. Aunque te moleste la crítica, trata de escuchar al otro. ¿Por qué lo dice? ¿Qué le está molestando? date cuenta que probablemente está en un estado emocional alterado y por lo tanto el criticarte es una manera de defenderse. No lo tomes personal, recuerda que la prioridad es resolver el conflicto, no agrandarlo.
5. Reconoce tus errores. Una vez que hayas escuchado lo que la otra persona tiene que decir, reconoce la parte que sí te corresponde. En la gran mayoría de los conflictos, las dos partes tienen parte de la responsabilidad. A veces queremos hacernos víctimas y poner a la otra persona como la causante absoluta del conflicto, pero si somos objetivos y realmente aprendemos a escuchar, podrás darte cuenta de cual es tu parte en el conflicto. Una vez que lo identifiques, reconócelo a la otra persona. Esto hará que ella sienta que sí se le escucha, y en vez de seguir atacando, probablemente estará más dispuesta a dialogar y reconocer sus propios errores también.
6. Confirma lo que has entendido. Este punto es importante. Se trata de decirle a la otra persona lo que tú has entendido que le molesta, simplemente para verificar si efectivamente entendiste bien. Parece un poco obvio y repetitivo, pero te sorprenderá saber la cantidad de malos entendidos que se dan, incluso cuando aparentemente ya se dialogó. Decir algo tan simple como: “Lo que he entendido que te molesta es....”, y luego preguntar: “¿es correcto? ¿o hay algo que entendí mal o que me faltó entender?”
7. Plantea posibles soluciones. Una vez que has entendido lo que realmente le sucede al otro, y que tienes claro lo que te molesta a ti, puedes empezar a proponer posibles soluciones que le ayuden a ambas partes a estar más a gusto con el tema de conflicto. Se trata de proponer y pedirle su opinión a la otra persona, así como invitarla a proponer también opciones. No se trata de imponer una solución que tu crees es la mejor. Recuerda que hay que escuchar y tomar en cuenta al otro. Nunca asumas que sabes lo que el otro quiere. Mejor pregúntale.
8. Aléjate si no puedes manejarlo. Si en algún momento sientes que estás perdiendo la calma y te está ganando el enojo, la frustración o las ganas de criticar al otro, mejor aléjate de la situación hasta que te tranquilices. Dile a la otra persona tranquilamente algo como: “En este momento creo que me estoy alterando y ya no puedo seguir con esta discusión. Necesito alejarme un rato y cuando me calme quisiera retomarla para que encontremos una solución que nos beneficie a los dos”. Si la otra persona insiste en que sigan hablando, vuelve a explicarle enfatizando tu interés en resolver el problema de la mejor manera posible, diciendo algo como: “Me interesa mucho que resolvamos esto y me interesa mucho poder escucharte y entenderte. Por eso necesito alejarme un momento para calmarme y poder seguir encontrando una solución que nos funcione a los dos”.
Recuerda que la prioridad es encontrar una solución que sea aceptable para ambas partes. Que no se trata de una lucha de poderes o de que alguien gane la discusión. Se trata de entender a la persona con la que estás teniendo el conflicto.
Para lograr una comunicación muy efectiva y que puedas mantenerte en un estado tranquilo en medio de las críticas y los comentarios negativos de la otra persona, te recomendamos mucho hacer un trabajo profundo para fortalecer tu autoestima. Esto te ayudará a no tomarte los comentarios de manera personal, te permitirá realmente ponerte en los zapatos del otro, podrás reconocer tus propios errores sin miedo a hacerlo, y sobre todo a sabrás que tú puedes tener el control de ti en medio de una situación de conflicto.
Pon en práctica estos tips y verás cómo mejoran notablemente tus relaciones interpersonales.
Fuente: Mi superación personal
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