Algunas de las situaciones más comunes que nos producen estrés son:
- problemas de dinero
- problemas familiares
- problemas de salud
- dificultades en el trabajo
En realidad, cualquier situación que nos parece abrumante, o que nos presiona, nos provoca algún grado de estrés.
El estrés puede provocarnos problemas como hipertensión, insomnio, irritabilidad, dolor de cabeza, dolores musculares, dificultad para concentrarse, entre muchos otros.
Todos llegamos a tener algún grado de estrés, y podría decirse que es normal para las personas que vivimos en grandes ciudades con mucho movimiento y tareas a realizar. El estrés realmente se convierte en un problema importante cuando llega a niveles altos, en los que ya no podemos funcionar adecuadamente, o cuando los síntomas empiezan a afectar nuestra salud.
Se sabe que dos terceras partes de las visitas a doctores tienen que ver con síntomas relacionados al estrés.
Sin embargo lo más importante de esto es entender que lo que nos estresa no son tanto las situaciones externas, sino lo que nosotros pensamos de ellas.Nuestra percepción de los problemas es la que va a determinar el grado de estrés que vivimos.
Pongamos un ejemplo de una persona que está estresada porque no gana suficiente dinero, y siente que las deudas lo aplastan. Se estresa porque piensa cosas como:
- “no hay suficiente dinero”
- “no sé cómo voy a pagar estas deudas”
- “el banco va a venir a quitarme mi casa”
Aunque tal vez estos pensamientos tengan algo de verdadero, lo cierto es que:
1. No son verdades absolutas.
2. Estresarte no va a ayudar en nada, al contrario, va a complicar las cosas.
No hay manera de asegurar que nuestros peores miedos van a convertirse en realidad.
Lo que si es cierto es que ante el escenario de nuestro ejemplo, una persona que se estresa, se va a paralizar, no va a ver opciones, va a estar tan estresada que su mente no podrá pensar en alternativas y soluciones, y si es más probable que el destino temido se vuelva realidad.
Si por el contrario, ante ese escenario, una persona se mantiene tranquila, sabiendo conscientemente que existe un problema de dinero (no se trata de negar la realidad tampoco), pero se mantiene abierta a soluciones, a encontrar opciones, a renegociar con el banco, se mantiene optimista, es mucho más probable que esté motivada para encontrar una solución, se mueva para buscarla y por lo tanto la encuentre.
Para poder tener esta actitud ante los problemas, es indispensable contar con una fuerte estructura emocional basada en una autoestima y un autoconcepto sólidos. Si tu crees que puedes salir adelante de la adversidad, buscarás la manera. Si no lo crees, te quedarás sentado en el problema. Todo depende de si crees que puedes o no. No depende del tamaño del problema, sino del tamaño de tu autoestima.
Fuente: Mi superación personal
No hay comentarios:
Publicar un comentario