lunes, 24 de junio de 2013

Triunfar en la vida

Cada ser humano nace como algo nuevo,
como algo que no existía antes.
También tú naciste como un ser distinto,
dotado de todo lo necesario para triunfar en la vida.

Puedes ver, oír y pensar por ti mismo.
Tienes tus propias potencialidades, capacidades y limitaciones.
Puedes ser importante, pensante, consciente y creador,
en una palabra, posees los atributos necesarios
para ser un triunfador.

Puedes ser veraz, confiable, sincero y sensible,
tanto en tu condición de individuo,
como miembro de una comunidad.
Puedes tener éxito, aunque eso no es tan importante
en la vida como para ser auténtico.

Tienes la experiencia de tu propia realidad, al conocerte,
al ser tú mismo y al convertirte en alguien
tanto sincero como sensible.
Estás llamado a ser una persona auténtica,
al realizar tu propia unicidad,
para apreciar la unicidad de los demás.

Eres triunfador, no porque consagres tu vida
al servicio de lo que imaginas que debe ser,
sino al contrario, al esforzarte por ser tú mismo,
y como tal no consumes en falsas pretensiones,
ni tampoco en manipular a otras personas
para ventajas personales.

Recuerda:
No necesitas jamás esconderte detrás de una máscara,
no te sientas atemorizado por la autonomía.
Estás llamado a ser triunfador
porque estás lleno de Dios al crecer cada día.

Da y recibe afecto: ama y déjate amar.
Ama la vida y la naturaleza,
goza de tu trabajo;
alégrate de sus triunfos sin resentimientos de superioridad;
goza de los triunfos de los demás;
ábrete a ellos, porque servir es amar.

Luis Verdecchia


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