La actitud es a menudo más importante que los hechos.
La actitud es más importante que el dinero.
La actitud es más importante que el pasado.
La actitud es más importante que las circunstancias.
La actitud es más importante que los fracasos o los éxitos.
La actitud es más importante que lo que la otra gente piensa, dice o hace.
La actitud es más importante que la habilidad física, o capacidad mental.
La actitud puede destruir una compañía... una asociación... o un hogar...
Lo notable es que tengo una opción todos los días, con respecto a la actitud que abrazaré para ese día.
No puedo cambiar el pasado.
No puedo controlar el futuro.
No puedo controlar cómo actuará otra persona.
La única cosa que puedo hacer es controlar mi propia actitud.
Estoy convencido de que la vida es 10% lo que me sucede, y 90% cómo reacciono a ello.
Me doy cuenta de que todo depende de mí, porque yo estoy a cargo de mi actitud.
Charles Swindoll
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