Esta frase ha añadido tanta energía y seguridad en momentos claves en mi vida que jamás podré olvidarla. La vida tiene altibajos, incluso situaciones difíciles y duras en las que no sale nada, y cualquier cosa que hagamos acaba en desastre, sin embargo si nuestra fe en que lo que estamos haciendo es correcto, nuestra firme creencia en que antes o después todo acabará saliendo bien, puede darnos una energía que nos saque de esa situación momentánea y mantenernos motivados aun a pesar de que toda vaya rematadamente mal.
Al tener fe en lo que vendrá, pero fe real, no estoy hablando de esperanza de que todo mejore, sino de convencimiento firme de que más allá de lo que hoy ocurra hay un tiempo futuro en el que el éxito ha llegado y nos hemos convertido en verdaderos triunfadores, pues esa fe, nos pone las baterías interiores al 100% sin posibilidad de descarga pase lo que pase.
Hay que decidir lo que hacemos en la vida, pero una vez hecha esta decisión hay que mantener la fe completa en que estamos en el camino correcto y que nada va interponerse en nuestro camino hasta llegar al éxito, y que conocedores de que el camino no será fácil, esas dificultades sólo nos confirman que vamos en la dirección correcta y que pronto podremos reírnos de todas ellas desde la cima de nuestro triunfo mirando la colina que hemos recorrido para llegar hasta allí.
Fuente: Motivalia
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