viernes, 31 de mayo de 2013

La felicidad

Si queremos crear felicidad en nuestras vidas,
debemos aprender a sembrarlas.

Un político, un empresario y un intelectual visitaron
al sabio Lao Tsé. Habían oído que era feliz.

Al verle, los tres sintieron que su presencia emanaba
armonía, paz y serenidad.

-“¿Acaso tienes poder sobre otros hombres?”, le preguntó el político.

Lao Tsé negó con la cabeza.

-“El único hombre del que soy dueño es de mí mismo”.

El empresario intervino:

-“¿Acumulas riquezas materiales?”.

El sabio volvió a negar.

-“Lo único que tengo son estas ropas que llevo puestas”.

El intelectual añadió:

-“¿Has alcanzado todo el conocimiento que los eruditos anhelan poseer?”.

Lao Tsé negó con la cabeza por tercera vez.

-“El único conocimiento que atesoro es el que me brinda mi experiencia”.

Desconcertados, los tres hombres preguntaron:

-“Y entonces, dinos: ¿cuál es la causa de tu felicidad?”.

El sabio sonrió: “La verdadera felicidad no tiene ninguna causa.
Estoy vivo, y es lo único que necesito para ser feliz”.

Lao Tsé
“Anatomía de la codicia”


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