sábado, 29 de marzo de 2014

Reflexión....

Existen momentos en los que nos gustaría mucho ayudar a quienes amamos, pero no podemos hacer nada: o las circunstancias no permiten que nos aproximemos, o la persona permanece cerrada ante cualquier gesto de solidaridad y apoyo.

Entonces sólo nos resta el amor. En los momentos en que todo es inútil, aún podemos amar - sin esperar recompensas, ni cambios agradecimientos.

Si conseguimos actuar de esta manera, la energía del amor empieza a transformar el universo que nos rodea.

Cuando esta energía aparece, siempre consigue realizar su trabajo.

"El tiempo no transforma al hombre. El poder de la voluntad no transforma al hombre. Lo transforma el amor", Dice Henry Drummond.

El amor transforma, el amor cura. Pero a veces el amor construye trampas mortales, y termina destruyendo a la persona que decidió entregarse por completo. ¿Qué sentimiento complejo es éste que - en el fondo - es la única razón para continuar vivos, luchando, procurando mejorar?

Sería una irresponsabilidad intentar definirlo; porque, como todo el resto de los seres humanos, yo solamente consigo sentirlo. Se escriben miles de libros, se estrenan obras teatrales, se producen films, se crean poesías, se tallan esculturas en madera o mármol, pero, a pesar de ello, todo lo que el artista puede transmitir es la idea de un sentimiento, pero no el sentimiento en sí mismo.

No obstante, aprendí que este sentimiento está presente en las pequeñas cosas y se manifiesta en la más insignificante de las actitudes que tomamos; por lo tanto, es necesario tener el amor siempre en mente cuando actuamos o dejamos de actuar.

Coger el teléfono y decir la palabra de cariño que postergamos. Abrir la puerta y dejar entrar a quien necesita nuestra ayuda. Aceptar un empleo. Abandonar un empleo.

Tomar la decisión que estábamos dejando para después. Pedir perdón por un error que cometimos y que no nos deja en Paz. Exigir un derecho que tenemos.

Abrir una cuenta en el florista, que es más importante que la del joyero. Poner la música bien alta cuando la persona amada esté lejos, pero bajar su volumen cuando se halla cerca.

Saber decir "sí" y "no", porque el amor lidia con todas Las energías del hombre.

Descubrir un deporte que pueda ser practicado por ambos. No seguir ninguna receta, ni siquiera Las contenidas en este párrafo; porque el amor requiere creatividad.

Y cuando nada de eso sea posible, cuando lo que resta es apenas soledad, entonces acordarse de una historia que un lector me envió una vez:

"Una Rosa soñaba día y noche con la compañía de las abejas, pero ninguna venía a posarse en sus pétalos.

La flor, sin embargo, continuaba soñando. Durante sus largas noches imaginaba un cielo donde volaban muchas abejas que venían a besarla cariñosamente. Así conseguía resistir hasta el día siguiente, cuando volvía a abrirse con la luz del Sol.
Cierta noche, conociendo la soledad de la Rosa, la luna preguntó:
- ¿Tú no estás cansada de esperar?
- Quizás. Pero tengo que seguir luchando.
-¿Por qué?
- Porque si no me abro, me marchitaré."

En los momentos en que la soledad parece destruir toda la belleza, la única manera de resistir es continuar abiertos.

Paulo Coelho

miércoles, 26 de marzo de 2014

Elijo aquellos pensamientos, palabras y acciones que me liberan

Me pregunto por qué un conductor sonríe y descansa en el tráfico, mientras que otro está tenso y frustrado. Es asunto de elección. Poder elegir es una expresión de nuestra libertad espiritual, la cual afecta nuestras actitudes y experiencias.

La decisión es sencilla: puedo estar preso en el pasado por las maneras restringidas de pensar y ser, o puedo practicar la verdadera libertad espiritual expresando amor en todo lo que piense, diga y haga. Elijo pensamientos y palabras libres de motivos que me inciten a tratar de tener siempre la razón. Elijo actividades que alimenten mi cuerpo y mente, y que expresen la libertad de mi alma. Elijo tratar a los demás de maneras que reflejen una actitud y un espíritu de libertad y amor.

martes, 18 de marzo de 2014

Vivir el Ahora nos ayuda a ser más felices

Seguramente has escuchado o leído, en reiteradas ocasiones, sobre el poder que tiene disfrutar el momento presente pero no siempre resulta sencillo llevarlo a al práctica.

Aunque no lo queramos, nuestros pensamientos oscilan entre el pasado y el futuro, recordando lo sucedido o creyendo que el mañana nos salvará de una situación difícil o sanará nuestras heridas, pero es AHORA, en este mismo instante, cuando la vida transcurre.

Por ello, y para que te resulte sencillo vivir el Presente, te presento 4 sencillos pasos para que comiences ya mismo.

Primero:

Conéctate con tu entorno.

Tienes que disfrutar lo que estas haciendo ahora mismo o todo lo que te rodea. Tómate unos minutos para registrar todo cuanto tengas cerca de ti, detente a contemplar los aromas, los colores, los sabores. Hay muchas cosas a tu alrededor a las que no prestas atención por ser parte de tu rutina, pero todas ellas tienen la finalidad de hacer tu vida más cómoda y confortable.

Segundo:

Piensa que en el lugar que estés o en la situación que te encuentres es la que necesitas experimentar. Quizá estas viviendo algo que debas resolver o que necesites aprender, sea cual fuese lo que tengas que atravesar asume que esta situación es un aprendizaje.


Tercero:

Aprende a relajarte, tanto sea física como mentalmente. Un cuerpo cansado o una cabeza llena de pensamientos negativos no contribuyen a vivir sanamente.

Si tu cabeza te atormenta con ideas negativas trata de cambiar la polaridad ya sea pensando algo que te haga bien, recordando un momento feliz o repitiéndote alguna frase inspiradora.

Cuarto:

Suelta las riendas o el control de todo. Hay cosas que debes soltar, eliminar de tu vida, regalar o donar para hacer lugar a que lleguen cosas buenas.

En cuanto a lo físico, limpia tu entorno, tu casa, tu lugar, tu placard, cuida tu cuerpo, tu estética, tu estilo.

Y en lo mental empieza a cambiar aquellos pensamientos que te estancan y no te dejan avanzar. Por ejemplo si siempre sentiste que todo te sale mal rescata aquello que haz hecho bien y tenlo presente continuamente.

El conectarse con el Ahora es un proceso que requiere paciencia y persistencia pero que trae aparejado un sinfín de bendiciones y tienen el poder de hacernos personas más felices y plenas. ¡Vale la pena intentarlo!

Si deseas recibir más información ingresa en www.imagenyautoestima.com.ar

Andrea Martínez

lunes, 17 de marzo de 2014

Pasearse con sus preocupaciones

"Pasearse con sus preocupaciones, sus penas grabadas en el rostro es una falta de amor, es una carga que se coloca sobre los hombros de los demás. ¿Pensáis que el mundo no es lo bastante triste? ¿Para qué añadirle vuestra propia tristeza?

Ciertamente, la existencia nos proporciona cada día ocasiones por las que sentirse triste, desanimado, es imposible no sentirlo, pero ¿por qué mostrarlo? Diréis: «Pero ¿cómo no mostrar lo que se siente?» Cuando os encontráis con alguien, ¿acaso no podéis hacer el esfuerzo de hallar un tema de conversación o incluso un chiste divertido que le beneficie? ¡Reid juntos! Haciéndole el bien a él, os lo haréis también a vosotros, porque lo que él sienta volverá hasta vosotros. En efecto, ahí también actúa la ley del eco sobre la que os he explicado a menudo las correspondencias en la vida espiritual."

Omraam Mikhaël Aïvanhov

Apagar el fuego de la ira

Sonreír permite que la energía de ser consciente nazca en ti; y te ayuda, a abrazar la ira que sientes. Antaño; los sirvientes de los reyes y las reinas debían llevar siempre un espejito, porque cuando alguien se presentaba ante los monarcas, debía tener un aspecto impecable. Así que; por razones de etiqueta, la gente llevaba siempre una bolsa con un espejito dentro. Intenta hacerlo. Lleva un espejo contigo; y mírate en él, para ver en qué estado estás. Después de haber inspirado y espirado varias veces y de haberte sonreído a ti mismo, la tensión habrá desaparecido y te sentirás mejor.

Thich Nhat Hanh

domingo, 16 de marzo de 2014

¿Y si dejamos de sufrir?

Hemos vivido muchas de nuestras experiencias sufriendo, a veces, sufriendo mucho, demasiado.

El que no ha estudiado en la educación formal sufre por ello y anhela que sus hijos puedan hacerlo para evitarles la inmensa cantidad de inconvenientes que ellos han tenido en su vida a causa de esa condición. Los que están estudiando a veces sufren porque sus padres están haciendo un gran esfuerzo y desean salir muy pronto para poder ser titulados y cumplir con sus expectativas. Los que ya se han titulado pueden sufrir porque no encuentran trabajo o porque han tenido que trabajar en algo que no se relaciona con lo que estudiaron. Los que ya están trabajando pueden sufrir por que sus salarios no son suficientes o sufren por el trato que reciben de sus colegas o jefes. Los que no tienen trabajo sufren porque no lo tienen y los que trabajan sufren porque quisieran tener un premio y no volver nunca más a sus lugares de trabajo. Algunos sufren porque ya no quieren su trabajo dependiente y quisieran encontrar una actividad independiente y mejor remunerada.

Los que están solos sufren porque no encuentran pareja. Los que tienen pareja sufren porque no es lo que querían. Los que estando casados y quieren separase sufren porque no se atreven. Los que perdieron su pareja sufren por quedarse solos. Los que no tienen hijos sufren por no poder tenerlos. Los que tienen hijos sufren porque no pueden darle todo lo que quisieran o porque tienen problemas con sus conductas. Los que les dan todo a los hijos sufren porque ellos no la han agradecido. Los que son abandonados por sus hijos sufren por su desprecio. Los que no han tenido a su padre sufren por haber crecido solos y desamparados. Los que han tenido padres abusivos sufren por el daño causado.

Los que son pobres sufren por no tener más. Algunos ricos sufren por no tener amor. Algunos que tienen amor sufren porque no tienen dinero. Algunos que tienen mucho dinero lo darían todo a cambio de la felicidad. Algunos pobres creerían ser felices si fueran ricos. Algunos pobres son felices en su pobreza porque los ricos son malos. Algunos pobres sufren su pobreza creyendo que no pueden optar y cambiar su condición.

Los enfermos sufren por sus dolencias. Algunos que están completamente sanos sufren de vicios para olvidar sus pasados dolorosos. Los que son impedidos sufren por serlo. Algunos estando completamente sanos sufren porque creen estar impedidos. Algunos estando completamente libres creen ser esclavos de ciertas circunstancias. Algunos estando completamente sanos sufren porque creen estar enfermos.

¡Que locura¡

Si estamos disponibles para sufrir y seguir sufriendo, tenemos todos estos ejemplos y mucho más. Pero ¿qué razón tenemos para ello? Ninguna.

Hemos estado tan acostumbrados a sufrir, que hemos confundido el sufrimiento con una virtud. Nos parece que mientras más sufrimos mas apoyo recibiremos y nos sentimos mas unidos en el dolor que en ninguna otra circunstancia. Hemos aceptado sufrir por miles de razones que no merecemos.

Por eones de tiempo hemos vivido todo esto y aun mucho más, miles de situaciones que ahora nos parecen inimaginables. Cada cual ha tenido lo suyo y cada cual ha salido adelante como ha podido. Hemos vivido en el escenario de la tragedia y hemos participado en muchas y variadas películas. El caso es que ninguna de esas películas es la verdad. La verdad se encuentra por sobre todo esto.


En estos hermosos tiempos podemos elevar la mirada, elevar nuestra conciencia y comprender que todo el juego puede terminar al comprender que nuestras historias de sufrimiento no corresponden a lo que somos.

Si tomas tu película y utilizas un filtro que no deje pasar el miedo, el sufrimiento y el drama, puedes ver lo te queda. Te quedas con una situación neutra, con todas las posibilidades en la mano, con la alternativa de elegir un nuevo desenlace solo por la dicha de experimentar.

El que no estudió antes puede hacerlo ahora. Los hijos tienen más acceso a los estudios formales porque lo hemos ido consiguiendo entre todos y podemos avanzar mucho mas elevando la calidad de la educación. Puedes crearte el trabajo que necesitas, si amas lo que haces serás inmensamente dichoso y muy bien recompensado, nunca te faltará. Si comprendes que nadie te puede hacer sufrir porque eres invulnerable, jamás tendrás problemas con nadie y serás grandemente estimado por los demás y te buscarán para que trabajes con ellos. El amor de pareja puede triunfar si existe la voluntad y si no fuera posible, tendrás la dicha de volver a intentarlo nuevamente con más decisión aun. Si no tiene hijos los puedes tener si lo deseas. Si tienes hijos y los amas y honras, jamás tendrás problemas con ellos y crecerán en armonía. Si has tenido vivencias doloras de infancia las puedes olvidar y crearte una nueva vida ahora. Los enfermos no son indefensos, ellos pueden sanarse a si mismos, solo hace falta amarse mucho.

El universo nos da tantas posibilidades para crear, para manifestar y encontrar los recursos que necesitamos, que sufrir por no encontrarlos está demás. Mejor es invocarlos para verlos.

Ya es hora de entender que no es necesario seguir creando mas desgracias. Podemos dar un punto final, podemos todos unidos en una mente colectiva tener una nueva conciencia que limpie todo nuestro pasado y hacer una nueva vida.

Todos anhelamos volver a casa y no podremos entrar allí cargados de dolor y sufrimiento. Todos los que han llegado allí, han tenido que abandonarlos en algún momento. No es posible que las puertas del cielo se abran para los que aun están cargados y cansados, eso no existe allí.

Patricia Gonzalez.

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sábado, 15 de marzo de 2014

La vida

Disfrutar de la vida, cuantas veces hemos escuchado esta frase, y cuantas veces también, de manera inconsciente la mayoría de ellas, nos dejamos atemorizar por lo que este concepto encierra, ¿Cómo disfrutar mientras otras personas sufren?, ¿Cómo disfrutar con la condición del país? , ¿Cómo disfrutar cuando otros “nos impiden” ser felices?

Es una decisión personal, es ir contra la corriente, es entender y aceptar la idea de que aportamos más a este mundo desde el amor, la felicidad y el disfrute pleno de nuestra existencia y nuestras facultades que desde el temor, la tristeza y la amargura por nuestras carencias, o aquello que aun no hemos tenido, o hemos dejado de tener. ¿Qué no es tan fácil? ¿Qué como lograrlo? Esta es una respuesta que nace desde el corazón de cada persona, que es capaz de aceptar una mágica respuesta universal… ¡Aceptar que si es posible!!!

Cuando te digan: "No pierdas de vista tus sueños", cierra los ojos... ¡Y sigue a tu corazón!

domingo, 9 de marzo de 2014

Demasiado fango

Ya hay demasiado fango en el sendero, no le amontones más. Es ingrata tarea el hacer resbalar a los demás.

Ya hay demasiado barro por la vida para que tú eches más. Sé tú de los que aparten ese barro para no salpicar a los demás.

Ya hay demasiadas sombras por el mundo, ya no le pongas más. Haz tu vida tan clara y luminosa que evites tropezar a los demás.

Hay tanta podredumbre dondequiera que no es justo que tú la aumentes más; echa a andar tu pureza sin temores, y entonces vivirás …

Francisco Estrello

Reflexión Sobre el Adiós

Ningún adiós es fácil, no es sencillo recibirlo y nunca hay suficiente tiempo para reunir las palabras precisas para comunicarlo a quien nos acompaño por un tiempo. Por más lleno de piedad o ternura siempre está el dolor presente como fiel guardián garantizando que alguno de los dos sufra de manera extrema y sea llevado hasta el precipicio de la locura donde lo único que se ve es desesperanza, desolación, noches de llanto y llenas de dolor.

Por más suaves que sean las palabras del adiós, aunque a cada tilde se adornada por una flor, un vocablo por un regalo o abrazo por un chocolate, el daño es garantizado. No hay explicación, sólo es como una sentencia leída por un juez "y desde hoy sufrirás y no te acompañaré más". El sentido de pertenencia desarrollado hacia el otro, el te quiero y el te amo como contratos, las ganas de no ser abandonados, la felicidad puesta en el otro se va y nosotros no tenemos argumentos con que retenerla. Podemos estar disponibles sexualmente, afectivamente, llamar en los momentos de dificultad, volver a los detalles que al inicio hicieron a esa persona fijarse en nosotros, alejarnos, intentar fórmulas dichas por los amigos, por los libros de sicología barata, consultar libros sagrados, y ni así lograremos evitar que ese adiós se ejecute un paso tras otro hasta hacernos comprender que hemos quedado solos, amando solos.

Nos acompañarán durante mucho tiempo las canciones, los amigos olvidados, uno que otro poema, los malos y buenos consejos, las recaídas, el llanto tratando de sacar afuera el dolor, la necesidad de su voz inicialmente que pronuncie el contrato de regreso y luego solo su voz, uno que otro amor furtivo hasta que por fin esa soledad se consolide, hasta que la pertenencia se pierda.

Esta tarea de estar recibiendo y dando adioses no es fácil, hasta que por fin pasa uno de los dos acontecimientos, se nos adormece el corazón o nos volvemos complejos y se nos pierde el sentido del amor de cómo se siente de cómo darlo o como recibirlo. Y sin quererlo también nos volvemos expertos en darlos, y en cuidar a los que los han recibido ya sabemos que pasarán por la locura, las ganas de muerte, la desesperación, las entregas al otro fallidas, y por último la sensatez y la aceptación; hay quienes lo viven mas rápido o lo disimulan más pronto, la verdad aun no lo se, pero este por lo general es el proceso.

Y en la manera de dar adioses es variada, una es contundente, simplemente adiós y se dan si mucho algunas explicaciones; otra es cobarde, simplemente se deja que se enfríe la relación y algunas son dolorosas, cuando por desdicha nos vemos comparados con otros y vemos que fuimos engañados por un tiempo y que los labios de la persona amada fueron compartidos con otro que malditamente se los ha venido a quedar. Hay quienes se toman el tiempo en ayudarle al otro a decir adiós, pero por mas caritativa y loable que sea esta obra digna de santos (pues escuchar a alguien al borde de la locura, que no logra entender por que si todo estaba bien el adiós es inevitable) siempre termina tomando posturas radicales para que el proceso termine.

El adiós seguirá yendo y viniendo a nuestras vidas de diferentes formas, algunas veces lo pronunciaremos otras lo dirán como la sentencia de muerte, otras veces será forzado por el destino, y sólo nos queda, hacernos tarde o temprano amigos de él, como de otros tantos vicios que tiene este ejercicio de seguir vivo.

martes, 4 de marzo de 2014

Generosidad y egoísmo

Dice una antigua leyenda china, que un discípulo preguntó al Maestro:
"¿Cuál es la diferencia entre el cielo y el infierno?".
El Maestro le respondió:
"Es muy pequeña, sin embargo tiene grandes consecuencias. Ven, te mostraré una imagen de cómo es el infierno".
Entraron en una habitación donde un grupo de personas estaba sentado alrededor de un gran recipiente con arroz, todos estaban hambrientos y desesperados, cada uno tenía una cuchara tomada fijamente desde su extremo, que llegaba hasta la olla. Pero cada cuchara tenía un mango tan largo que no podían llevársela a la boca. La desesperación y el sufrimiento eran terribles.
Ven, dijo el Maestro después de un rato, ahora te mostraré una imagen de cómo es el cielo. Entraron en otra habitación, también con una olla de arroz, otro grupo de gente, las mismas cucharas largas... pero, allí, todos estaban felices y alimentados. "¿Por qué están tan felices aquí, mientras son desgraciados en la otra habitación, si todo es lo mismo?
Como las cucharas tienen el mango muy largo, no pueden llevar la comida a su propia boca. En una de las habitaciones están todos desesperados en su egoísmo, y en la otra han aprendido a ayudarse unos a otros.