domingo, 30 de junio de 2013

¿Cómo será ser el otro?


Cuando juzgamos, olvidamos ponernos en el lugar del otro,
ser el otro, y cerramos nuestro corazón.
Con el corazón cerrado, quedamos solos,
aunque estemos rodeados de gente.
En cambio, cuando dejamos de juzgar
abrimos nuestro corazón.

Y, con él, abrimos nuestros ojos.
Podemos ver al otro, saber quién es,
averiguar qué le pasa, cómo se siente.
Así, nuestros vínculos (de pareja, de amistad,
familiares, como padres, como hijos, con colegas)
se hacen más verdaderos, más profundos,
con bases más sólidas.
Desarrollamos la empatía y, con ella,
empezamos a desplegar uno de los atributos humanos
más elevados y esenciales para una vida plena,
con sentido: la aceptación.
Aceptación es más que tolerancia.
En la tolerancia queda aún un matiz de juicio
(Soy mejor que tú,
por eso te tolero a pesar de tus defectos).
Dejar de juzgar es empezar a conocer al otro.
Conocer es aceptar.
Y quien aprende a aceptar, nunca está solo.

Sergio Sinay

sábado, 29 de junio de 2013

Eres como tu padre…


Hace unos meses leía un artículo sobre la maldición de los Douglas. Tres generaciones de actores con diferentes tipos de adiciones. El patriarca Kirk Douglas, padre de Michael, aseguró que “Nunca he sido hombre de una sola mujer”. Michael, el hijo mayor, después de separarse de su mujer, afirmaba que había sostenido más de 500 relaciones extraconyugales y reconoció su adicción al sexo y al alcohol. Joel, hermano menos de Michael, abandonó su carrera como actor en los años 90 y empezó su autodestrucción a manos de las drogas. En 2004 fue hallado muerto en su apartamento de Nueva York por sobredosis. Y el caso más reciente es el del hijo mayor de Michael, fruto de su relación con Diandra, Cameron que fue detenido por posesión y tráfico de drogas y actualmente se encuentra en prisión.

Es como si existiese algún tipo de hilo conductor que se transmite de padres a hijos de generación en generación sin que aparentemente podamos hacer algo por evitarlo, al igual que no podemos evitar heredar los ojos marrones de nuestro padre cuando nos habría gustado tener los ojos azules de nuestra madre.

Emociones Heredadas

Heredamos de nuestros padres rasgos físicos que nos asemejan a ellos, y con la “educación” vamos adquiriendo también sus creencias, valores y hábitos. Pero al hacer el trabajo de El Código de la Emoción, he observado que no solo heredamos lo que va en nuestro código genético. También heredamos de nuestros padres y antepasados determinadas emociones que viajan con nosotros de generación en generación. Asi por ejemplo, puedo haber heredado de mi padre una emoción de “Obstinación” que hará que digan que me parezco a mi padre en lo obstinada que soy. Puede que esta emoción venga de primera generación, es decir que sea una emoción atrapada de mi padre, fruto de alguna experiencia que vivió antes de que yo naciese y que me fue “transmitida” en el momento de la concepción. O puede que esa emoción sea de segunda, tercera, cuarta o más generaciones. Es decir que mi padre me la trasmitió a mi pero no es una emoción que él haya experimentado sino que recibió como yo de “herencia”. Imagina que tu bisabuelo paterno vivió la guerra y pasó hambre. Esas experiencias hicieron que tuviese momentos de gran impacto emocional que generaron emociones atrapadas por ejemplo de miedo. Esa emoción atrapada de miedo puede haberse transmitido a través de tu abuelo a tu padre hasta llegar a ti.

En mi trabajo personal con el código de la emoción he llegado a identificar emociones heredadas de hasta 50 generaciones hacia atrás. Y pueden darse bien por vía paterna o por vía materna.

La manera de identificar estas emociones es fácil. Basta con preguntar por emociones heredadas. Y la manera de liberarlas es igual que con el resto de las emociones atrapadas, manteniendo la intención en liberar esa energía e intensificando esa intención pasando el imán por el meridiano principal de la persona 10 veces ( en lugar de 3 veces que suele ser lo normal). La diferencia en el caso de las emociones heredadas es que cuando liberas esa energía en ti, estás liberando y limpiando esa misma energía en las generaciones a través de las cuales esa emoción llegó a ti. Es decir si la emoción es heredada de tu padre, cuando tu liberas esa energía, estás al mismo tiempo liberando esa energía en tu padre.
Al sanar yo, también estoy sanando a todos mis antepasados a través de los cuales esa emoción llegó a mi en linea ascendente. Y no sólo eso, al liberar esa energía en ti, estás rompiendo la cadena para futuras generaciones ya que al no tener ya esa energía no podrás pasársela a tus hijos. Parece magia pero es algo muy real. Un auténtico regalo.

Quizás esas emociones heradadas sean el origen de determinadas maldiciones que parecen cebarse con ciertas familias como los Douglas. O de ciertas adiciones que pasan de generación en generación.

Todos tenemos nuestro cupo de emociones heredadas, liberar esa energía no solo nos ayuda a nosotros librándonos de una energía que no nos pertenece, pero cuyos efectos sufrimos, sino que ayuda a todos los que nos precedieron y a los que nos sucederán.
Fuente: El Código de las Emoción

viernes, 28 de junio de 2013

Si algún día

Si algún día tienes ganas de llorar…
Solo llámame. No prometo que te haré reír, Pero puedo llorar contigo.

Si algún día quieres correr del camino…
No tengas miedo, llámame. No prometo pedirte parar, Pero puedo correr contigo.

Si algún día no quieres oír a alguien…
Llámame. Prometo estar ahí para ti. Y prometo ser muy callado.

Pero si algún día tu llamas…
Y no hay respuesta, Ven rápido a verme. Será porque te necesite.




jueves, 27 de junio de 2013

Nunca en la otra orilla

¿Por qué miras siempre hacia el otro lado?
¿Por qué piensas siempre que los otros, amigos,
conocidos y vecinos, son más dichosos?,
y dices con ligereza:

- A los otros les va mucho mejor,
y yo doy lo mejor de mí y no llego a nada.

La otra orilla siempre es más bella. Yace muy lejos.
Como petrificado, miras fijamente hacia la bella claridad.

Jamás tuviste en cuenta que también
los de la otra orilla te observan
y piensan que posees mucha mas felicidad,
pues ellos solo ven tu parte agradable.

Tus pequeñas y grandes preocupaciones no las conocen.
Vivir feliz es un arte, para ello conviene sentirse satisfecho…

“La felicidad no está en la otra orilla, está en ti”.

Phil Bosman


Los chakras y El Código de la Emoción

Llevo cosa de un mes con la idea de aplicar el trabajo de El Código de la Emoción a la limpieza y equilibrio de los “chakras”. Para aquellos que ya están familiarizados con este concepto de “ruedas de energía”, que es la traducción de la palabra chakra del sánscrito, esta entrada puede que sirva de recordatorio. Para aquellos que no estén familiarizados con este concepto, espero abra su curiosidad y les aporte algo de claridad.

Somos energía


Todo lo que existe en el Universo es energía. Energía vibrando a diferente frecuencia. Tanto la silla sobre la que te sientas, el ordenador que tienes delante, la ventana y todo lo que ves a través de ella está compuesto de energía. Nuestro cuerpo físico no se escapa de esta verdad, es un sistema de energía que no acaba donde tu piel sino que continúa más allá de los límites de nuestra visión, se ve afectada por el entorno y también interactúa con él. Vemos nuestro cuerpo físico porque la vibración de la energía que lo conforma es lo suficientemente “lenta” como para que podamos visualizarla a simple vista. Pero más allá de los límites de la piel la energía continúa en formas más sutiles que no son visibles para el ojo no entrenado para verlas. Este campo magnético de energía, que podemos suponer con la forma de un huevo que rodea nuestro cuerpo físico, es lo que se denomina “aura”. Y el “aura” está creada por la energía de los chakras.

Los chakras


Chakra es una palabra sánscrito que significa “rueda”. Un chakra recuerda a un disco giratorio del tamaño de una moneda que se abre y se cierra como la lente de una cámara. Son centros de energía que reciben y envían información y energía vital, neurotransmisores que conectan nervios, órganos, hormonas, emociones. Cuando un chakra está abierto, está recibiendo información y recogiendo datos procedentes de tu entorno.

Cada chakra alimenta energéticamente a una parte del cuerpo físico, pero también el aspecto emocional, mental y espiritual de esa parte.

Cada chakra sintoniza una frecuencia, un aspecto diferente de la energía y los siete aspectos forman la totalidad, al igual que los siete colores del arco iris forman la luz. Mantener estos siete aspectos “equilibrados” nos ayuda a movernos por la vida “afinados” y de esta forma crear la mejor melodía. 


Para los efectos de este trabajo, vamos a considerar los siete chakras principales que puede ver en la imagen de arriba, así como los chakras secundarios de las manos y los pies.

Las sensaciones que se pueden sentir en ellos son muy variadas pero algunas de las que yo he sentido son: calor, vibración, hormigueo, una profunda tranquilidad, etc. Dependiendo del chakra que estemos trabajando la energía puede sentirse más densa, si estamos trabajando con alguno de los tres chakras más materiales: 1º, 2º y 3º, ó más sutil si estamos trabajando con los tres chakras espirituales: 5º, 6º y 7º. El 4º chakra situado en el corazón sirve de puente y enlace entre las energías más materiales de los chakras inferiores y las energías más sutiles de los chakras superiores. Es el que conecta la parte física con la espiritual y nos permite experimentar el amor.
A continuación presento un resumen muy breve de las enseñanzas vitales que representan los 7 chakras:
  • Primer chakra: Enseñanzas relativas al mundo material.
  • Segundo chakra: Enseñanzas relativas a la sexualidad, el trabajo y el deseo físico.
  • Tercer chakra: Enseñanzas relativas al ego, la personalidad y la estima propia.
  • Cuarto chakra: Enseñanzas relativas al amor, el perdón y la compasión.
  • Quinto chakra: Enseñanzas relativas a la voluntad y la autoexpresión.
  • Sexto chakra: Enseñanzas relativas a la mente, la intuición, la percpeción profunda y la sabiduría.
  • Séptimo chakra: Enseñanzas relacionadas con la espiritualidad.
En las próximas entradas iremos analizando cada uno de los chakras individualmente e iré sanando y equilibrando cada uno de ellos utilizando para ello diferentes visualizaciones, que iré compartiendo, ejercicios y el Código de la Emoción como base de todo ello.

Por lo pronto, he procedido a testar el estado de mis chakras en este momento y el resultado es el siguiente:

Chakra 1º (chakra Raíz) – Situado en la base del tronco, entre el ano y los genitales: Equilibrado.

Chakra 2º – Situado sobre el pubis, por detrás en el abultamiento del hueso sacro: Desequilibrado.

Chakra 3º: Situado en la cintura, dos dedos por encima del ombligo: Desequilibrado.

Chakra 4º – Situado en el pecho a la altura del corazón y por detrás de los omoplatos: Equilibrado.

Chakra 5º – Situado en el cuello a la altura de la garganta, por detrás bajo la 7ª vértebra cervical: Desequilibrado.

Chakra 6º – Situado en medio de la frente, sobre las cejas: Equilibrado.

Chakra 7º – Situado en la parte superior de la cabeza, en la coronilla: Equilibrado.

Fuente: El Código de la Emoción

miércoles, 26 de junio de 2013

La liberación del cuerpo dolor


Una pregunta frecuente es: “¿cuánto tiempo se necesita para liberarse del cuerpo del dolor?” Eso depende, por supuesto, de la densidad del cuerpo del dolor y del grado o intensidad del estado de Presencia de la persona. Pero la causa del sufrimiento que nos infligimos e infligimos a los demás no es el cuerpo del dolor sino la identificación con él. No es el cuerpo del dolor sino la identificación con él la que nos empuja a revivir el pasado una y otra vez y la que nos mantiene en un estado de inconsciencia. Por consiguiente, sería más importante preguntar lo siguiente: “¿Cuánto tiempo se necesita para dejar de identificarse con el cuerpo del dolor?”
Y la respuesta a esa pregunta es que no se necesita tiempo. Cuando se activa el cuerpo del dolor debemos reconocer que lo que sentimos es el cuerpo del dolor interno. Ese reconocimiento es todo lo que se necesita para romper la identificación con el cuerpo del dolor. Y cuando la identificación cesa, comienza la transmutación.
El hecho de saber impide que la vieja emoción se suba a la cabeza y se apodere no solamente del diálogo interno sino también de nuestros actos y de nuestras interacciones con los demás. Esto significa que el cuerpo del dolor queda imposibilitado para renovarse a través de nosotros. Entonces la emoción permanece en nosotros durante un tiempo y emerge periódicamente.
Ocasionalmente puede también engañarnos para que nos identifiquemos con ella y no podamos ver la identificación, pero no por mucho tiempo. El hecho de no proyectar las viejas emociones sobre las situaciones implica tener que enfrentarlas directamente en nuestro interior. Si bien puede no ser agradable, no nos matará. Nuestra Presencia es más que capaz de repelerla. La emoción no es nuestra esencia.
Cuando sienta su cuerpo del dolor, no caiga en el error de pensar que hay algo malo en usted. Al ego le encanta cuando nos convertimos en problema. El reconocimiento debe ir acompañado de aceptación. Cualquier otra cosa lo debilitará. Aceptar implica permitirnos sentir lo que sea que estemos sintiendo en el momento. Es parte de la existencia del Ahora. No podemos discutir con aquello que es. Bueno, sí se puede, pero a costa del sufrimiento. Aceptando nos convertimos en lo que somos: vastos y espaciosos. Nos convertimos en el todo que somos, dejamos de ser un fragmento como lo cree el ego y damos paso a nuestra verdadera naturaleza. Y entonces somos uno con la naturaleza de Dios.
Jesús lo enseñó cuando dijo, “por tanto, sean Uno como el Padre que está en el Cielo es Uno”.1″.’ La frase del Nuevo Testamento que dice, “Sean perfectos” es una traducción errada de la frase original en griego que significa “íntegro”. Eso quiere decir que no necesitamos convertirnos en uno sino que ya lo somos, con o sin el cuerpo del dolor.
Eckhart Tolle, Una Nueva Tierra.

La Vida

Puede que te toquen vivir momentos difíciles,
pero después va a venir algo mejor.

No hagas que tu vida sea un infierno,
trata de disfrutar cada momento,
como si fuese el último.

Nunca creas que es tarde para volver a empezar.
Nunca es tarde para realizar un sueño,
y los sueños no son imposibles…
acuérdate que en nuestro idioma
hay una palabra para volver a empezar, y es perdón.

Muchas veces en la vida dices que te quieres morir.
No hay que pensar así, la vida es muy valiosa
como para desperdiciarla.
Todos somos muy importantes para todos.

Piensa que por ahí para el mundo no eres nadie,
pero para alguien eres el mundo.
Muchas veces piensas que alguien es perfecto.
No hay nadie perfecto, todos somos iguales.

Hay gente que tiene cosas que tu no tienes
y tu tienes cosas que ellas no tienen.
Muchas veces te sientes poco para alguien.
No tiene que ser así,
nadie es ni poco ni mucho para nadie.

Lo que ocurre es que algunos lastimamos
con mas facilidad que otros.
Las virtudes del otro son más visibles que las tuyas.
Muchas veces te aferras a algo o a alguien.

No esta mal, pero trata de no hacerlo indispensable para tu vida.
Y si lo haces piensa que también hay personas que te quieren.
Muchas veces te desprecias, te miras al espejo y te insultas.

No lo hagas, Dios te hizo así y no lo vas a poder cambiar.
Dios no hace caprichos. Piensa que:
“El cuerpo es la parte visible del alma que lo habita”.

Nunca te guíes por las apariencias, ellas engañan.
Muchas veces nos desilusionamos.
Si todo lo que esperamos o pensamos
se nos cumple, ¿donde estarían las sorpresas?.

Muchas veces nos traicionan los amigos.
Y ahí aparecen los verdaderos amigos que nos consuelan.
Aquí nos damos cuenta, si estamos yendo por el buen camino.

Por todos esos motivos no bajes los brazos nunca.
Por todo eso vive la vida al máximo, sonríe,
diviértete, ten alegría.
Por todo eso quiere la vida,
ella no es muy larga, pero si divertida.

Puede que te toquen vivir momentos difíciles,
pero después va a venir algo mejor.
No hagas que tu vida sea un infierno,
trata de disfrutar cada momento,
como si fuese el último.

Toma bien las decisiones importantes,
si te equivocas pueden derribar lo que construiste
a lo largo de tu vida. Nunca cambies, siempre sé tu mismo.
Piensa que siempre hay gente
que te va a recibir con los brazos abiertos.

Nunca creas que es tarde para volver a empezar.
Nunca se es tarde para realizar un sueño,
ellos no son imposibles.
Siempre acuérdate que en nuestro idioma
hay una palabra para volver a empezar: Perdón.

La vida es gratis, es un regalo y los regalos
no hay que rechazarlos.
Si no lo quieres aceptar no lo hagas,
pero piensa en todo lo que te estás perdiendo.

Paulo Coelho


Amor

Si amas, entonces no interfieras en la intimidad
de la otra persona. Permítele conservar íntegra
su vida privada. No trates de violar su interior.
El requerimiento básico del amor es:
“Yo acepto a la persona tal como es”.
Y el amor nunca trata de cambiarla de acuerdo
a las ideas propias. No trata de recortar esto
o aquello para reducirle a la dimensión deseada,
lo cual vienen haciendo la mayoría de las personas
y en todas partes del mundo.
Si amas, entonces no hay condiciones que valgan.
Si amas las condiciones no entran.
Amas tal como el otro es.
Dar amor es la experiencia real y hermosa,
porque entonces eres un emperador.
Tomar amor es una experiencia muy pequeña,
es la experiencia del mendigo.
No seas un mendigo, no te preocupes de que el amor
pueda agotarse, de que un día de repente encontarás que:
Dios mío, no tengo más amor para dar.
Así que el primer secreto es: no pidas amor,
no esperes para amar cuando alguien te lo pida, ¡dalo!.
Amor es la profunda urgencia de ser uno con el todo.
El hombre no puede vivir sin amor.
Amor es un deseo de nutrición.
Amor es echar raíces en la existencia.

Osho




martes, 25 de junio de 2013

El Proceso de la Presencia


“Lo más penoso del dolor y del malestar bien puede ser 
nuestra resistencia ante ellos.”

Desde el mismo instante en que entramos en este mundo, se nos enseña a tener miedo a través del ejemplo que nos dan los demás y, por lo tanto, a resistirnos a todo dolor o malestar con el fin de controlarlo, sedarlo, olvidarnos de ello, adormecerlo, narcotizarlo e incluso eliminarlo. Debido al ejemplo que nos ofrecen los demás, se nos lleva a creer que el dolor y el malestar son nuestros enemigos y que, cuando se manifiestan en nuestra experiencia, tenemos que escapar, o bien vencerlos a toda costa. Se nos lleva a dar por supuesto que el dolor y el malestar son siempre indicadores de que algo anda mal. En este mundo es muy raro que se nos inste o se nos anime a responder a nuestras experiencias de dolor y de malestar escuchándolas, en lugar de huir de ellas.

Aprender a restablecer el equilibrio de nuestras experiencias físicas, mentales y emocionales de dolor y malestar es sencillo:

Optamos por “estar” con nuestro dolor y nuestro malestar,
con la intención clara de suavizarlo compasivamente 
mediante nuestra atención plena.

Restablecer el equilibrio en la calidad de nuestra experiencia vital


Para iniciar el viaje que nos lleve a recuperar la capacidad para restablecer el equilibrio de nuestro dolor y nuestro malestar, se precisa sinceridad, con unas gotas de paciencia, intención compasiva y toda nuestra atención. Manteniendo toda nuestra atención compasiva sobre nuestro dolor y malestar, nos daremos cuenta de que las sensaciones que experimentamos comienzan a cambiar. Se nos pide que observemos los cambios con suriosidad y sin enjuiciarlos. No debemos esperar placer alguno con el siguiente procedimiento, pero sí un cambio en la afección. Después, tendremos que reconocer estos cambios, sea cual sea la forma que adopten. En ocasiones, nuestra afección parece empeorar al principio, en ocasiones cambia de forma, otras veces parece moverse literalmente dentro del cuerpo, a veces se desvanece, se disuelve o se transmuta.

Una vez ponemos de nuestra parte la atención y la intención, tenemos que dejar que las sensaciones de dolor y malestar tomen su curso, dado que pretender otra cosa sería volver a los antiguos comportamientos hostiles de sedacción y control. Nuestra presencia interior no conoce dificultad alguna, de modo que será mejor dejarle que decida el resultado.

A medida que cambia nuestro dolor y malestar, tenemos que seguir atendiéndolo como una madre cariñosa lo haría con su hijo enfermo. La constancia es la clave. El mero hecho de que la fiebre del niño comience a remitir no significa que ya no necesite las atenciones de su madre. Una atención constante hará que nuestra afección comience a recobrar poco a poco su estado de equilibrio.

Es importante no olvidar que hemos ignorado y reprimido nuestro dolor y malestar durante la mayor parte de nuestra vida. Lo hemos tratado como a un enenigo hostil, y no como al mensajero benévolo que en realidad es. Así pues, tendremos que ser pacientes con él. Un niño que haya sido ignorado por sus padres durante años no cambia de pronto su actitud hacia ellos por el mero hecho de que le abran sus brazos afectuosamente de repente. Siempre habrá alguna vacilación. El niño tendrá que ver primero constancia y sinceridad por parte de sus padres. Por lo tanto, convendrá no tener prisa, y no tenemos que rendirnos si no observamos consecuencias inmediatas. Este procedimiento no tiene nada que ver con una “cura rápida”; tiene que ver con un cambio de actitud, tras toda una vida de hostilidad hacia nuestros propios desequilibrios físicos, mentales y emocionales. Si tenemos paciencia y somos perseverantes con nuestro propio dolor y malestar, descubriremos inevitablemente que:

“Nada fuera de nosotros va a tener un efecto real 
y duradero sobre lo que está sucediendo dentro de nosotros”

Es nuestra atención intima y amorosa lo que se nos está pidiendo cuando nuestra experiencia nos envía las señales de desequilibrio que nosotros llamamos dolor y malestar. Si nos mantenemos presentes a través de la conexión consciente de nuestra respiración, y si situamos nuestra propia atención amorosa en el mismo centro de nuestro dolor y malestar, estaremos llevando a cabo nuestra parte del proceso de reequilibrio de nuestra experiencia. Nuestra presencia interior se ocupará de todo lo demás. Se nos pide que iniciemos el procedimiento y que, luego, confiemos en el proceso. Así es como ponemos en marcha esta tarea:
1.- Comenzamos sentándonos en una posición cómoda, con la espalda recta y los ojos cerrados. Nos podemos sentar sobre un cojín, con las piernas cruzadas, o en una silla. Lo que se busca con estar en estar en una postura que favorezca el estado de alerta.
2.- Nos cercioramos de que no vamos a pasar frío.
3.- Conectamos conscientemente nuestra respiración.
4.- Ponemos toda nuestra atención en cualquier dolor o malestar que estemos experimentando, sea físico, mental o emocional. No lo juzgamos; lo contemplamos compasivamente con nuestra atención.
5.- Nuestra intención consiste en vivenciar plenamente nuestro dolor y malestar. Si es de naturaleza física, podemos buscar el centro de esa sensación y estar con él. Si es confusión mental lo que estamos experimentando, nos sentaremos y contemplaremos la naturaleza de nuestros procesos de pensamiento. Si es una perturbación emocional lo que estamos sintiendo, nos sentaremos y sentiremos las emociones, dejándolas fluir como les venga en gana. Todo esto lo hacemos sin enjuiciar nada, sin preocuparnos y sin marcarnos un tiempo.
6.- Al principio puede dar la impresión de que la afección empeora o se exacerba de algún modo. Se trata de una consecuencia automática del hecho de situar la atención en ella. Es un indicio positivo. No significa que la afección esté empeorando; significa que nuestra conciencia de la afección está creciendo. Hemos de tener en cuenta que, sea lo que sea lo que estamos sintiendo mientras realizamos este trabajo, está entrando en nuestra conciencia para que nuestra presencia interior pueda transformarlo. Tenemos que hacer todo lo posible para dejar que el dolor o el malestar siga su propio camino.
7.- A lo largo de toda la experiencia, es importante mantener la respiración conectada.
Ocurra lo que ocurra como consecuencia de este ejercicio, será lo que se supone que tiene que suceder. Será diferente para cada persona, y diferente también en cada ocasión en que lo apliquemos. Se nos insta a permanecer con la experiencia hasta que remitan las sensaciones que percibimos como dolor y malestar. Para afecciones agudas o crónicas puede hacer falta repetir las sesiones para conseguir cierta sensación de finalización. La paciencia es la clave. Cuanto más utilicemos esta herramienta, más eficiente se hará.
Es sumamente saludable y beneficioso dedicar unos momentos cada día a situar nuestra atención sobre aquellos aspectos de nuestra experiencia que percibimos como dolorosos o desagradables. Cada vez que nos nutrimos de esta manera, se incrementa el poder de nuestra atención y nuestra intención. Cada vez que experimentamos las consecuencias beneficiosas de cuidar de nosotros mismos de esta manera, se incrementará el poder de nuestra fe en la presencia interior. Esta herramienta activa automáticamente nuestra capacidad para alimentarnos a nosotros mismos.
Michael Brown, “El Proceso de la Presencia”

lunes, 24 de junio de 2013

Aceptación

Aceptación significa que puedes encontrar en tu corazón
la serenidad que te libere del pasado
con sus errores y pesares,
te transporte hacia el futuro con una perspectiva nueva,
y te haga apreciar la oportunidad de una nueva vida.

Aceptación significa que cuando haya momentos difíciles
en tu vida, sabrás hallar el amparo
y el consuelo para aliviar tus pesares.
Hallarás nuevas aspiraciones y esperanzas,
e indulgencia en tu corazón.

Aceptación no significa perfección para siempre.
Sólo significa que te sobrepondrás a la imperfección.

Aceptación es la senda hacia la paz,
para liberarte de lo peor, conservar lo mejor,
y hallar en tu alma la esperanza
que te acompañe toda la vida.

Aceptación es la mejor defensa del corazón,
el mayor bien del amor, y la manera más fácil
de seguir creyendo en tí y en los demás.


Triunfar en la vida

Cada ser humano nace como algo nuevo,
como algo que no existía antes.
También tú naciste como un ser distinto,
dotado de todo lo necesario para triunfar en la vida.

Puedes ver, oír y pensar por ti mismo.
Tienes tus propias potencialidades, capacidades y limitaciones.
Puedes ser importante, pensante, consciente y creador,
en una palabra, posees los atributos necesarios
para ser un triunfador.

Puedes ser veraz, confiable, sincero y sensible,
tanto en tu condición de individuo,
como miembro de una comunidad.
Puedes tener éxito, aunque eso no es tan importante
en la vida como para ser auténtico.

Tienes la experiencia de tu propia realidad, al conocerte,
al ser tú mismo y al convertirte en alguien
tanto sincero como sensible.
Estás llamado a ser una persona auténtica,
al realizar tu propia unicidad,
para apreciar la unicidad de los demás.

Eres triunfador, no porque consagres tu vida
al servicio de lo que imaginas que debe ser,
sino al contrario, al esforzarte por ser tú mismo,
y como tal no consumes en falsas pretensiones,
ni tampoco en manipular a otras personas
para ventajas personales.

Recuerda:
No necesitas jamás esconderte detrás de una máscara,
no te sientas atemorizado por la autonomía.
Estás llamado a ser triunfador
porque estás lleno de Dios al crecer cada día.

Da y recibe afecto: ama y déjate amar.
Ama la vida y la naturaleza,
goza de tu trabajo;
alégrate de sus triunfos sin resentimientos de superioridad;
goza de los triunfos de los demás;
ábrete a ellos, porque servir es amar.

Luis Verdecchia


La amistad

Cuando rezo, mi niña, cuando le pido a Dios por vos, le digo: “Señor, haz que ame a todo el mundo, que su generosidad no sea solamente una palabra… pero que a sus amigos los elija parecidos a ella”.

Cuando se tiene un amigo para protegerlo y para darle y darle, solamente se consigue su rencor y su envidia. Los seres humanos, en general, no estamos educados ni preparados para saber recibir, y cuando nos dan nos sentimos como obligados a devolver, a sentir una gratitud excesiva, una dependencia irritante.

¿Quién es esta persona que me da sin medida, que me da porque tiene, que me da, tal vez, porque le sobra? Ayudar, sí, a todos los semejantes… pero con los amigos compartir, con los amigos tener en común, en los amigos confiar y no esperar de ellos ni que ellos esperen de vos.

Los amigos entrañables son los de nuestra infancia, los que vivieron nuestra historia, más que los que la oyeron contadas por nosotros… son ellos los que no nos pedirán cuentas de nuestros fracasos y los que nos querrán tanto por nuestras virtudes como por nuestras imperfecciones.

Al amigo tenés que mirarlo viéndolo como es, y aceptarlo así. Y frente a él tenés que mostrarte como sos, para que te tome con todo el equipaje de cosas que llevás para vivir la vida.

No tengas un solo amigo: cada persona lleva en sí misma, como si fuera un continente, lo que ha vivido, lo que ha sentido, lo que ha sufrido, lo que ha estudiado, lo que ha descubierto.

Un amigo es un mundo maravilloso.

Y un ramo de amigos es una gran riqueza, como un prisma que proyecta infinitas luces. Cada una de esas luces será la que iluminará la franjita de sombra que algunos días dibujen en tu alma.

Están los amigos que saben acompañar en el dolor y en los momentos difíciles, los que te ponen la mano en el hombro y te dicen la cálida palabra de aliento y de cariño que se necesita en la soledad, durante el llanto, en el cansancio que a veces se produce en medio del fragor de la lucha.

Están los amigos que le tienen pánico al dolor, pero son los únicos que pueden compartir ese brillo de lentejuela de oro que tiene la alegría: los que disfrutan hondamente con tus triunfos, los que se ponen contentos con tu dicha, los que aplauden cada vez que subís un escalón en busca de tu cima… y no saben lo que es la envidia, porque realmente viven tu risa como si fuera de ellos y el olor de tus rosas impregna su corazón, con la misma intensidad con que impregnan el tuyo.

Están los amigos que te hacen soñar: esos que por la puerta de casa traen consigo las cosas hermosas del mundo; los que crean, los que descubren la primera florcita de duraznero cuando llega septiembre, los que saben hacer barquitos con papel de servilleta de bar, los que guardan piedritas de colores en sus bolsillos, y tarjetas postales en sus cajones… y ellos mismos son como tarjetas con bellas inscripciones o dibujos encantadores.

Están los que nos enseñan a pensar con cordura, a razonar cuando no podemos ser razonables.

Todo esto junto es muy difícil encontrarlo en un solo ser humano; por eso es maravillosa la posibilidad de reunirlo en un grupo de seres a quienes podés querer.

No le mientas al amigo, porque sería como mentirte a vos misma, a esa parte tuya que es un amigo.

No finjas delante de él: ¿de qué serviría que él pensara que sos otra en vez de ser Verónica? Hay tantas otras… que no es bueno que, si sos como sos, puedan confundir tus sentimientos o tu personalidad y atribuirte las virtudes de Virginia o los defectos de Malena.

Sé Verónica, la tumultuosa, la hipersensible, la siempreniña, la a veces grande, la generosa, la caprichosa… y dejás que ellos sean Federico el que cree, Mario el un poquito indiferente, Mariana, la pacificadora, Liliana la que quiere desde lejos y a veces se acerca para brindarse toda, Sandra la bullanguera…

Dos cosas les deberás siempre a tus amigos: respeto, imprescindible en toda relación, y comprensión… te diría que la comprensión es la máxima virtud que tienen las personas, la que nos hace ser más nobles, más permeables, amar más.

Los amigos nos dan el universo, nos completan, hacen que nuestros pasos dejen huellas…

¿Te acordás de aquel poemita sobre la amistad que te escribí cuando ibas a la escuela?

Acabo de encontrarlo dentro de una vieja carpeta:

Yo quiero un amigo
para compartir
lo que se comparte:
un ramo de lluvia,
un llanto, un jazmín,
la ronda en la calle.

Yo quiero un amigo
para recibir
lo que quiera darme:
una confidencia,
un globo, una risa,
un paso, una tarde.

Yo quiero un amigo
que quiera tomar
lo que le brindo
y pueda sentir
que en mi compañía
vivir es muy lindo.

En mi oración de esta noche, le diré a Dios:
“Señor, haz que su corazón sepa abrir las puertas
para que la amistad entre y se quede en ella
de ahora para siempre”.

Poldy Bird
Del libro: “Palabras para mi hija adolescente”

domingo, 23 de junio de 2013

¿Qué decimos al desearnos felicidad?

Va a ser una de las palabras que más diremos
y que más escucharemos en los próximos días.
Acaso encarna la mayor aspiración humana. Felicidad.
Felices fiestas. Feliz Año Nuevo. Felicidades.

En esta época del año la palabra se cuela en cada frase.
¿Qué deseamos, qué nos desean cuando la invocamos?
¿Qué es la felicidad, en definitiva?
En el origen de la palabra,
encontraremos el término griego eudalmonía que, aproximadamente,
significa “ser bendecido por un buen hado”.
Según Aristóteles, se trata del bien supremo
al que aspiran todas las acciones humanas.

Y, sin embargo, ¿qué es la felicidad
para cada uno de nosotros en particular?
Probablemente no habrá dos respuestas similares,
porque no existen dos personas iguales.
¿Cómo alcanzar, entonces, la felicidad?
¿Cómo llegar a ella?
Creo que cuando nos planteamos estas preguntas,
las respuestas se nos escapan como arena entre los dedos.
Porque, en mi opinión,
la felicidad no es algo que se alcanza ni un lugar al que se llega.
El escritor alemán Herman Hesse
(autor de Siddartha y El lobo estepario)
decía que “es un cómo y no un qué, no es un objeto”.
De acuerdo con esto,
podríamos ver a la felicidad como una forma de viajar,
no como un destino.

¿De qué esta hecho ese viaje?
De nuestras acciones diarias,
de nuestros vínculos, de nuestras actitudes.
Creo que antes que buscar la felicidad, hay una prioridad.
Se trata de encontrar un sentido a nuestra vida personal,
singular, única. Un sentido trascendente.
Trascender es ir más allá de uno mismo, alcanzar a otro, a otros,
a través de lazos de amor, de empatía, de colaboración,
de fecundidad, de comprensión, de aceptación.
Eso nos hace humanos,
esa es la gran diferencia entre nosotros y otras especies.
Trascendemos, entendiéndolo de este modo,
en la relación amorosa nuestros hijos,
con los seres que amamos,
con la apertura hacia aquellos con quienes nos vinculamos
de diversas maneras, en una obra de arte,
en el modo de encarar nuestro trabajo,
en la forma en que nos integramos en los círculos
y en la comunidad que integramos,
en el alimento que elaboramos y ofrecemos,
en las palabras con que nos acercamos al semejante.
No hay recetas. Cada ser es único
y encontrará un modo único de ir más allá de sí
para trascender en los otros.
Cuando entendemos en qué consiste la trascendencia
(no se trata, queda dicho de hacer grandes obras,
de convertirse en prócer, de alcanzar celebridad),
todos los actos y gestos de nuestra vida,
aún los más pequeños, tienen sentido.

Con el sentido se hará presente la felicidad.
No será el resultado de una búsqueda,
sino la consecuencia de un modo de vivir y de vincularse.
La búsqueda obsesiva de la felicidad
suele llevar a penosos malos entendidos.
Así confundimos satisfacción con felicidad.
La satisfacción es epidérmica, no trasciende.
Tampoco el placer entendido como fin es felicidad.
Cuando buscamos la felicidad
como un cazador que persigue una presa,
solemos volver con las manos vacías.
Tampoco se trata de una meseta
en la que nos instalaremos para siempre.

Estas confusiones nos hacen creer
que la felicidad anida en un auto,
un viaje, una silueta perfecta, una abultada cuenta bancaria,
una operación que promete hacernos más jóvenes,
una casa imponente, el artefacto de última generación,
en una relación o en una persona.
El maestro espiritual indio Krishnamurti decía :
“Cuando buscamos la felicidad por medio de algo,
ese algo se vuelve más importante que la felicidad misma.
Cuando la felicidad es buscada a través de un medio,
ese medio destruye el fin”.

En esos casos sobreviene una angustia,
un vacío inexplicable.
¿Si lo tengo todo por qué no soy feliz?
Porque la felicidad no anida en el tener.
Es una sensación, es la consecuencia de una actitud ante la vida,
no se puede capturar como una mariposa de colección.
Es el resultado de nuestros actos, somos responsables de ella.
Sería hermoso que al desearnos felicidad,
en estos próximos días,
nos estemos deseando una vida trascendente,
una vida ligada al semejante, una vida con sentido.

Sergio Sinay

sábado, 22 de junio de 2013

Todo depende de ti

Aunque no escribas libros, eres el escrito de tu vida.
Aunque no seas Miguel Ángel,
puedes hacer de tu vida una obra maestra.
Aunque no entiendas de cine, ni de cámaras,
tu existencia puede transformarse en un film primoroso
con Dios de codirector.
Aunque cantes desafinado, tu existencia
puede ser una linda canción que Roberto Carlos admiraría.
Aunque no entiendas de música, tu vida puede ser
una magnífica sinfonía que inspiraría Beethoven.
Aunque no tengas gran cultura puedes cultivar
la sabiduría de la caridad.

Aunque tu trabajo sea humilde,
puedes convertir tu día en oración.
Aunque tengas cuarenta, sesenta o setenta años,
puedes ser joven de espíritu.
Aunque las arrugas ya marquen tu rostro,
vale más tu belleza interior.
Aunque tus pies sangren en los tropiezos
y piedras del camino, tu rostro puede sonreír.
Aunque las lágrimas amargas recorran tu rostro,
tienes un corazón para amar.
Aunque no seas un santo, ni ángel,
en el cielo tienes reservado un lugar.
Todo, todo…depende de ti.

Roque Schneider


¿Qué es una emoción negativa?

¿Qué es una emoción negativa? Una emoción que es tóxica para el cuerpo e interfiere en su equilibrio y su funcionamiento armonioso. El miedo, la ansiedad, la ira, el rencor, la tristeza, el odio o el intenso disgusto, los celos, la envidia; todos ellos perturban el flujo de energía a través del cuerpo, afectan al corazón, al sistema inmunitario, a la digestión, a la producción de hormonas, etc. Hasta la medicina convencional, que todavía sabe muy poco sobre el funcionamiento del ego, está empezando a reconocer la conexión entre los estados emocionales negativos y las enfermedades físicas. Una emoción que daña al cuerpo infecta también a las personas con las que se está en contacto e indirectamente, por un proceso de reacción en cadena, a muchas otras con las que uno no trata nunca. Hay un término genérico para todas las emociones negativas: infelicidad.

Entonces, ¿las emociones positivas tiene el efecto contrario en el cuerpo físico? ¿Refuerzan el sistema inmunitario, vigorizan y sanan el cuerpo? Desde luego que sí, pero es preciso diferenciar entre emociones positivas generadas por el ego y emociones más profundas, que emanan del estado natural de conexión con el Ser.

Las emociones positivas generadas por el ego contienen ya sus contrarias, en las que pueden transformarse rápidamente. Veamos algunos ejemplos: lo que el ego llama amor es sentido de posesión y apego adictivo, que puede transformarse en odio en un segundo. La expectación ante un suceso venidero, que es la sobrevaloración del futuro por el ego, se transforma fácilmente en su contraria – frustración o decepción – cuando el suceso ha terminado o no cumple las expectativas del ego. El elogio y el reconocimiento te hacen sentir vivo y feliz un día; ser criticado o no reconocido te hace sentirte rechazado y desdichado al día siguiente. El placer de una fiesta salvaje se convierte en tristeza y resaca a la mañana siguiente. No hay bueno sin malo, no hay subida sin bajada.

Las emociones generadas por el ego proceden de la identificación de la mente con factores externos que, por supuesto, son todos inestables y pueden cambiar en cualquier momento. Las emociones más profundas no son en realidad emociones, sino estados del Ser. Las emociones existen en el reino de los contrarios. Los estados del Ser pueden estar eclipsados, pero no tienen contrarios. Emanan desde el interior, como el amor, la alegría y la paz que son aspectos de tu auténtica naturaleza.


Eckhart Tolle, El Poder del Ahora

viernes, 21 de junio de 2013

El amor y el desapego

Equivocadamente, entendemos el desapego
como dureza de corazón, indiferencia o insensibilidad,
y eso no es así. El desapego no es desamor,
sino una manera sana de relacionarse,
cuyas premisas son: independencia,
no posesividad y no adicción.

La persona no apegada (emancipada)
es capaz de controlar sus temores al abandono,
no considera que deba destruir la propia identidad
en nombre del amor,
pero tampoco promociona el egoísmo y la deshonestidad.
Desapegarse no es salir corriendo
a buscar un sustituto afectivo, volverse un ser carente
de toda ética o instigar la promiscuidad.
La palabra libertad nos asusta y por eso la censuramos.

Declararse afectivamente libre es promover afecto sin opresión,
es distanciarse en lo perjudicial y hacer contacto en la ternura.
El individuo que decide romper con la adicción a su pareja
entiende que desligarse psicológicamente
no es fomentar la frialdad afectiva,
porque la relación interpersonal nos hace humanos
(los sujetos “apegados al desapego” no son libres,
sino esquizoides). No podemos vivir sin afecto,
nadie puede hacerlo pero sí podemos amar sin esclavizarnos.
Una cosa es defender el lazo afectivo
y otra muy distinta ahorcarse con él.
El desapego no es más que una elección que dice a gritos:
el amor es ausencia de miedo.

Walter Riso

El poder de los grandes sueños

Si lo que usted quiere hacer está bien, y usted cree en ello,
¡adelante, hágalo! Lleve a cabo sus sueños,
y no haga caso de lo que los demás puedan decir si usted
si se topa en algún momento con dificultades,
tal vez los demás no sepan que cada fracaso
lleva consigo la semilla de un éxito equivalente.
Thomas Edison soñaba con una lámpara
que funcionara con electricidad,
empezó a poner su sueño en acción,
y pese a sus más de diez mil fracasos,
mantuvo su sueño hasta que lo convirtió
en una realidad física.
¡Los soñadores prácticos no abandonan!

Los hermanos Wright soñaron con una máquina
que surcara el aire.
Ahora podemos ver en todo el mundo
que sus sueños se han cumplido.

Marconi soñaba con un sistema para dominar
las intangibles fuerzas del éter.
Las pruebas de que no soñaba en vano
podemos encontrarlas en cada aparato de radio
y de televisión que hay en el mundo.
Quizá le interese saber que los “amigos” de Marconi
lo pusieron bajo custodia, y fue examinado
en un hospital para psicópatas
cuando anunció que había descubierto
un principio mediante el cual podría enviar mensajes
a través del aire, sin la ayuda de cables
ni ningún otro medio físico de comunicación.

A los soñadores de hoy en día les va mejor.
El mundo está lleno de una abundancia de oportunidades
que los soñadores del pasado jamás conocieron.

Un deseo ardiente de ser y de hacer es el punto inicial
desde el que el soñador debe lanzarse.
Los sueños no están hechos de indiferencia,
pereza, ni falta de ambición.

Recuerde que todos los que consiguen triunfar
tienen un mal comienzo y pasan por muchas dificultades
antes de llegar. El cambio en la vida de la gente de éxito
suele surgir en el momento de alguna crisis,
a través de la cual les es presentado su “otro yo”.

Charles Dickens empezó pegando etiquetas
en latas de betún. La tragedia de su primer amor
penetró las profundidades de su alma para convertirlo
en uno de los más grandiosos autores del mundo.
Esa tragedia produjo primero David Coperfield,
y luego una sucesión de obras que hacen un mundo mejor
y más rico a todo el que lee sus libros.

Hellen Keller se quedó sorda, muda y ciega
después de nacer. Pese a su terrible desgracia,
ha escrito su nombre con letras indelebles
en las páginas de la historia de los grandes.
Toda su vida ha sido la demostración
de que nadie está derrotado mientras
no acepte la derrota como una realidad.

Robert Burns era un campesino analfabeto.
Sufrió la maldición de la pobreza
y creció para ser un borracho.
El mundo fue mejor gracias a su vida,
porque vistió de prendas hermosas
sus pensamientos poéticos, y,
por tanto, arrancó un espino
para plantar un rosal en su lugar.

Beethoven era sordo, y Milton ciego,
pero sus nombres perdurarán en el tiempo,
porque soñaron y tradujeron sus sueños
en ideas organizadas.

Hay una diferencia entre suspirar por algo
y hallarse preparado para recibirlo.
Nadie se encuentra listo para nada
hasta que no crea que puede adquirirlo.

El estado mental debe ser la convicción,
y no la mera esperanza o anhelo.
La mente abierta es esencial para creer.
La cerrazón de ideas no inspira fe,
ni coraje, ni convicción.

Recuerde, no se requiere más esfuerzo
para apuntar alto en la vida,
para reclamar abundancia y prosperidad,
del que hace falta para aceptar la miseria y la pobreza.

Napoleón Hill


jueves, 20 de junio de 2013

Solo tú

Es gratificante encontrar a alguien que te guste, pero es esencial que tú mismo te gustes.

Es vivificante el reconocer que otra persona es un ser humano bueno y decente, pero es indispensable que te des cuenta que tú también puedes ser aceptado por otros.

Es un deleite el descubrir gente que es digna de respeto, de admiración y de ser querida, pero es vital que te des cuenta que tú también mereces esas cosas.

Porque no puedes tú vivir en ninguna otra persona.

No puedes encontrarte a ti mismo en ninguna otra persona.

Nadie puede hacer que tú vivas tu vida.

De todas las personas que conocerás en tu existencia, tú eres la única a la que nunca dejarás o perderás.

A las preguntas de tu vida, tú eres la única respuesta, a los problemas de tu vida, tú eres la única solución.

"Sólo... tú !"


Conversación con la soledad


Conversación con la Soledad

-”Me siento solo.”
-”¡Maravilloso! Una invitación para estar con la soledad. Deja de lado la palabra ‘soledad’. Siente cuidadosamente todas las sensaciones que surgen en el cuerpo, ¿dónde se sienten?”
-”En mi estómago. Como una sensación de vacío…”
-”Muy bien. Ahora deja de lado la palabra ‘vacío’. Ponte en contacto con lo que identificas realmente ahí “.
-”Se siente… algo vivo. Un hormigueo. Caliente.”
-”Sí. Muy bien. Quédate con eso.”
-”Se siente suave. Tierno. Un poco triste… siento algo como… la vida.”
-”Bueno. Quedémonos ahí un rato. Démosle a esas sensaciones el regalo de la atención, sin intentar cambiarlas. Permitamos que todos los pensamientos e imágenes vengan y después se vayan. ¿Qué más puedes identificar ahí, en donde te encuentras?”
-”Es algo raro. Como si se estuviera calmando. Hay más espacio alrededor de la soledad. Como si estuviera sostenida en… el espacio…”
-”¿Ese espacio se siente solo?”
-”No. Para nada. Se siente… íntimo. Cercano. Vivo.”
-”Entonces, ¿no se siente solo?”
-”No, en absoluto. Siento que puedo respirar de nuevo…”

Cuando dejamos de distraernos y nos sumergimos confiadamente dentro del corazón de cualquier sentimiento, positivo o negativo, correcto o incorrecto, redescubrimos la inmensidad del océano que somos. Cada sentimiento está hecho de una inteligencia indescriptible.

Jeff Foster
(Traducido por Tarsila Murguía)
Fuente: Emociones Atrapadas

miércoles, 19 de junio de 2013

Dí lo que sientes

Siempre dí lo que sientes y haz lo que piensas...
  • Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.
  • Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más.
  • Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente.
  • Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría te quiero y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuánto te quiero y que nunca te olvidaré.
El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo.

Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas.
Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para un sonrisa, un abrazo, un beso, y que estuviste muy ocupado para concederle a alguien un último deseo.

Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento", "perdóname", "por favor", "gracias" y todas las palabras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus pensamientos secretos.

Desconozco a su autor

martes, 18 de junio de 2013

¿Cómo va a ser tu día de hoy?

Esta mañana desperté emocionado con todas las cosas que tengo que hacer antes de que el reloj marque la medianoche.

Tengo responsabilidades que cumplir hoy. Soy importante.

Mi trabajo es escoger qué clase de día voy a tener.
Hoy puedo quejarme porque el día esta lluvioso, o puedo dar gracias a Dios porque las plantas están siendo regadas gratis.

Hoy me puedo sentir triste porque no tengo más dinero, o puedo estar contento de que mis finanzas me empujan a planear mis compras con inteligencia.

Hoy puedo quejarme de mi salud, o puedo regocijarme de que estoy vivo.

Hoy puedo lamentarme de todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo, o puedo sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido.

Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas, o puedo celebrar que las espinas tienen rosas.

Hoy puedo auto compadecerme por no tener muchos amigos, o puedo emocionarme y embarcarme en la aventura de descubrir nuevas relaciones.

Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar, o puedo gritar de alegría porque tengo un trabajo.

Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a la escuela, o puedo abrir mi mente enérgicamente y llenarla con nuevos y ricos conocimientos.

Hoy puedo murmurar amargamente porque tengo que hacer las labores del hogar, o puedo sentirme honrado porque tengo un techo para mi mente, cuerpo y alma.

Hoy el día se presenta ante mí, esperando a que yo le dé forma y aquí estoy, el escultor que tiene que darle forma.

Lo que suceda hoy depende de mí, yo debo escoger qué tipo de día voy a tener.
Ten un gran día... A menos que tengas otros planes.

Es muy cierto este pensamiento, depende de uno mismo de cómo vaya el día, y para lograrlo hay que tener fe, confianza y valor en sí mismo, siempre pensar positivamente y sobre todo saber que uno es importante en la vida.

Desconozco a su autor


domingo, 16 de junio de 2013

Cosméticos para el alma

El LIMPIADOR de tu Alma es el PERDÓN.

Deberás usarlo todo el tiempo apenas veas una impureza, aplícalo.
No te acuestes nunca sin haber pedido PERDÓN,
sin haber perdonado.
El resultado será que en PAZ te acostarás.

La HIDRATANTE de tu Alma es la ORACIÓN.

Si no hidratas la piel de tu rostro se marchita.
Así, si no oras, tu alma se reseca.
Pero a medida que confías en DIOS,
tu afán y tu ansiedad desaparecen
y aprendes a reposar y esperar en el Señor.

El TONIFICANTE de tu Alma es la ALABANZA.

Cuando alabas y das gracias a Dios y vuelves a Él
tus pensamientos, cuando te olvidas de ti mismo/a,
sin egoísmo en tu corazón,
quedas LIBRE para que Dios ponga en ti su gozo.

La NUTRITIVA de tu Alma es la PALABRA.

Así como en lo físico no puedes vivir sin alimentos,
tu alma necesita el alimento de la Palabra de Dios.
Cuando te alimentas con la Palabra,
la debilidad y la confusión se disipan.
Serás como un árbol plantado junto a un riachuelo.

El PROTECTOR de tu Alma es la CORAZA DE LA FE.

Con la Fe te protegerás de las inclemencias de la vida,
mirarás por encima de las circunstancias
y pasarás victoriosa.
A través de ti, Dios moverá montañas y alcanzarás a otros.

Si usas a diario estos productos de belleza,
tu alma se mantendrá limpia y tu corazón será puro.
Te saciarás de bien, de modo que te rejuvenezcas
como el águila.

El que alguien toque mi vida es un privilegio.
Tocar la vida de alguien es un honor,
pero el ayudar a que otros toquen sus propias vidas
es un placer indescriptible.


sábado, 15 de junio de 2013

Mi filosofía favorita

Un individuo con un reloj, sabe que hora es;
Un individuo con dos relojes.
nunca esta seguro de la hora correcta.
No veas donde caíste, mejor precisa,
con que te resbalaste.

Aprecia tu vida a través de tu vidrio frontal,
no por tu espejo retrovisor.
Las personas dudarán de lo que dices,
…mas te creerán, por lo que haces.
Se agradable con las personas mientras subes,
porque los necesitarás cuando vayas de picada.
Nunca des explicaciones. Tus amigos no las necesitan
y tus enemigos no te creerán.
Mientras buscas la venganza, prepara dos tumbas,
una será la tuya.
El tiempo perdido que disfrutaste, no fue tiempo perdido.
Valor no es la ausencia de miedo,
mas bien tu habilidad para enfrentar el miedo.
Tienes que tener tu propio crecimiento,
no importa que tan alto haya sido tu padre.
La mejor manera de predecir tu futuro, es creándolo.

Deja que cada día sea exclusivo

Cada día hay un nuevo desafío que nos aguarda,
pues nuestras vidas están en constante movimiento.
Debemos enfrentar cada desafío con el corazón abierto;
debemos también tener en cuenta que no existen
dos vidas iguales y que cada uno de nosotros
tiene sus propias capacidades individuales
para hacerse cargo de todo lo que pueda haber en el camino.

Cuando en nuestra vida hay un cambio,
lo que realmente importa es que hagamos
lo mejor posible para manejar la situación.

Si hacemos un esfuerzo para que las cosas se solucionen,
nos damos a nosotros mismo la oportunidad de decidir
nuestro destino y elegir en qué forma nos llevará
nuestro futuro.
Estar feliz y contento no significa vivir en un mundo
de perfecta armonía; más bien significa
que te dejes llevar por la música que suena en tu vida.

Goza de las distintas melodías de cada día único.
Si eres flexible y tolerante te sorprenderá comprobar
cuánto mejor te sientas cuando no tratas de controlarlo todo,
Pero también muéstrate dispuesto a elegir
y actuar en consecuencia, porque son las decisiones
que influirán sobre todos los aspectos de tu vida.

Recuerda siempre que el pensamiento positivo
permite que las canciones en tu corazón
sean una sinfonía de bellos sonidos
para que todos las disfruten.

Deanna Beisser


viernes, 14 de junio de 2013

Señor futuro

Estimado Señor Futuro,
Le estoy escribiendo esta carta para pedirle un favor.

Usted sabrá disculpar la molestia.
No, no tema, no es que quiera conocerlo.
Ha de ser usted un señor muy solicitado,
habrá tanta gente que querrá tener el gusto,
pero yo no.

Cuando alguna gitana me atrapa la mano
para leerme el porvenir, salgo corriendo a la disparada
antes de que ella pueda cometer semejante crueldad.

Y sin embargo, usted, misterioso señor,
es la promesa que nuestros pasos persiguen
queriendo sentido y destino.
Y es este mundo, este mundo y no otro mundo,
el lugar donde usted nos espera.

A mí, y a los muchos que no creemos en los “dioses”
que nos prometen otras vidas
en los lejanísimos hoteles del Más Allá.

Y ahí está el problema, señor Futuro.
Nos estamos quedando sin mundo.
Los violentos lo patean como si fuera una pelota.
Juegan con él “los señores de la guerra”
como si fuera una granada de mano,
y los voraces lo exprimen como si fuera un limón.

A este paso, me temo, más temprano que tarde,
el mundo podría no ser más que una piedra muerta
girando en el espacio, sin tierra,
sin agua, sin aire y sin alma.

De eso se trata, señor Futuro.
Yo le pido, nosotros le pedimos, que no se deje desalojar.
Para estar, para ser, necesitamos que usted siga estando,
que usted siga siendo,
que usted nos ayude a defender su casa,
que es la casa de tiempo.

Háganos esa gauchada, por favor.
A nosotros, a los otros,
y a los otros que vendrán después,
si tenemos un después…

Le saluda atentamente:
Un terrestre.

Eduardo Galeano



jueves, 13 de junio de 2013

La fuerza de vida tiene cara de papá, si te acercas a él concretas mejor tus objetivos

El acercamiento a la figura paterna es, junto con el propio para la materna, uno de los temas que más abonan a nuestra felicidad, porque cuando llevamos a papá en el corazón nuestra vida toma una estructura profunda y sólida.

Vivimos en una sociedad muy confundida, que cree que llevar a alguien en el corazón es el resultado de sus acciones, de manera que si la persona ha tenido actos que consideramos bondadosos es digna de tener un buen lugar, mientras que si carece de dichos actos, entonces no debemos llevarle en el corazón.

Tomar a los padres significa mucho más que eso, y por principio significa tomar la vida, reconociendo en ellos el origen de lo que somos.

Cuando digo: “te tomo papá” en el fondo digo “Papá, más allá de que en tu vida hayas hecho lo que hayas podido de acuerdo a tu historia, tomo de ti lo más grande que puedo experimentar en este plano, mi propia vida, y con ella todas las maravillosas experiencias que puedo tener”.


Para conocer mas acerca de este tema, los esperamos este 16 de junio a las 9:30
Contacto: Angélica Ostoa Montes, teléfono 3627-6632. 
e-mail: clientes@grupoconocete.com
Dirigido a: Hombres y mujeres mayores de 20 años.

Las pequeñas cosas

Todos tratan de realizar algo grande;
no se dan cuenta de que la vida se compone de pequeñas cosas.
Disfrutando las pequeñas cosas tal vez un día
volvamos la vista atrás y nos demos cuenta
de que eran las grandes cosas.

Ejecuta con esmero tu trabajo, aunque parezca insignificante.
Cualquier cosa que hagas, por muy trivial que la juzgues,
es un paso hacia el progreso.
Un pequeño gesto puede mejorar un ambiente,
subir el ánimo, alentar a alguien.
Un simple apretón de manos, o una palmada en el hombro,
puede hacer renacer la esperanza a alguien
que estaba por flaquear.
Seamos fieles en las pequeñas cosas que realizamos diariamente,
nos lo dice la Madre Teresa de Calcuta,
ya que allí estará nuestra fortaleza:
Seamos puntuales, fieles, leales, usemos palabras bondadosas,
mostrémonos dispuestos hacia los otros;
lo demás “viene por añadidura”.
Las pequeñas cosas, sumadas, constituyen las grandes cosas.
Son las pequeñas cosas las que pueden hacer
agradable nuestra vida y la de los demás.

Mauricio Pilleux